Aunque bebidas como el tequila y el mezcal son muy exitosas en México y el mundo su explotación ha causado un fuerte impacto ambiental, por lo que los productores están buscando opciones sustentables como la agroecología.
La sobreexplotación de los cultivos del agave por la popularidad de bebidas nacionales como el tequila y el mezcal está generando daños ambientales y conlleva riesgos sociales y económicos para el país. Según la agencia APF, en Jalisco los cultivos de agave azul se triplicaron en solo un año para la producción de tequila, pues pasaron de las 20 mil a 60 mil hectáreas, provocando la deforestación de amplias extensiones de tierra en varios estados del país, como Oaxaca.
En México hay más de 700 marcas de mezcal y, de acuerdo con un informe del Consejo Regulador del Mezcal (CRM), en los últimos nueve años creció en 360% la cantidad de marcas que exportan esta bebida desde México. Además, actualmente el mezcal se exporta a 72 países de todos los continentes. Danae Cabrera investigadora del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara, explicó en entrevista con El Sol de México que, para responder a la creciente demanda, los productores han recurrido a prácticas como los policultivos y un uso desmedido de agroquímicos, que son dañinas para el ambiente.
Para cubrir la demanda de producción del agave se necesitan grandes extensiones de tierra, y existen muchos productores que han apostado por el monocultivo, es decir, que toda el área disponible para sembrar se dedique a una sola especie. Sin embargo, esta práctica resulta dañina, pues deviene en la deforestación de áreas muy amplias de cultivo, además de afectar a la diversidad alimentaria, ya que se desplaza a productos básicos como el frijol y el maíz.
Asimismo, se utilizan agroquímicos, los cuales son nocivos para el medio ambiente, además de que su uso puede poner en riesgo la salud de las personas, pues, según información de la ONU, “la utilización masiva e inadecuada de insecticidas y herbicidas provoca la muerte de 200 mil personas al año, la mayoría de países en desarrollo”, señala Expansión.
Ante la situación, los productores han optado por realizar prácticas sustentables para sus cultivos, entre las que se encuentra la agroecología, la cual combina prácticas tradicionales y modernas, a fin de seguir aprovechando la siembra del agave sin ocasionar daños graves al medio ambiente. Alberto Villasante, productor de mezcal de Oaxaca y especialista en agroecología, explica las ventajas de estos sistemas sustentables:
“Trabajamos con ellos en dos niveles: el familiar, en donde vemos el tema de su sustento como productores y el de comunidad en el que asesoramos a toda la gente de la localidad. (…) Este tipo de sistemas permiten que el maguey conviva no sólo con árboles nativos, sino también con otros cultivos de subsistencia como el maíz y el frijol”.
Con información de El Sol de México
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