Desde hace varios años, nuestro país atraviesa por una crítica situación de escasez y contaminación del agua, que ha llevado a la muerte de ecosistemas, la disminución de su almacenamiento en las presas y el aumento de la alarma frente a la falta de disponibilidad de este recurso para la población de prácticamente todo el país.
Afecta a todo el territorio
La falta de agua ha llevado a que las presas de todo el país enfrenten situaciones críticas. Como reportó El Sol de Tlaxcala recientemente, un ejemplo de ello es la extinción de la presa El Muerto, de Tlaxco, donde “ya no hay vida acuática y la terrestre tuvo que abandonar ese lugar”. De acuerdo con el diario, el norte y poniente de ese estado enfrenta niveles críticos de erosión de la tierra y la desaparicion de cientos de hectáreas de agua.
Otro caso paradigmático es el de la Presa Madín, del Estado de México, un acuífero con el que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, plantea resolver el problema de desabasto en la capital. Asimismo, los estados del norte del país enfrentan graves condiciones por la falta de agua y de lluvias, condiciones que afectan a entidades como Coahuila, Chihuahua, Durango, San Luis Potosí, Baja California Norte y Baja California Sur.
Sobreexplotación generará más escasez: experto
Polioptro Martínez Austria, titular de la Cátedra UNESCO-Universidad de las Américas Puebla en Riesgos Hidrometeorológicos, ha advertido que, si la población continúa concentrándose en los centros urbanos y sobreexplotando los mantos acuíferos, para 2030 habrá mayor escasez en las cuencas mexicanas.
Desde el año pasado, el doctor Ingeniería Hidráulica por la Universidad Nacional Autónoma de México advirtió que riesgos meteorológicos como la sequía que ocasionan graves problemas en el país, incluso en materia de salud, según explicó durante su conferencia “La seguridad hídrica de México: retos principales”, impartida en las redes sociales de la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial poblana.
Detalló que los principales retos que enfrentamos son la escasez, la contaminación, los extremos hidrometeorológicos, los conflictos y el deterioro ambiental de cuencas y acuíferos. Señaló que en esta crisis han influido factores como la demografía, producción de alimentos, la demanda de energía, el cambio climático, aunados a la falta de una reforma hídrica seria y profunda en el país.
Altos niveles de contaminación
Según la información más reciente de Conagua sobre la calidad del agua, dada a conocer por la Comisión el pasado 1 de marzo, en 2019 la red nacional de agua superficial estaba conformada por 2,764 sitios, de los cuales, el 10% registró toxicidad, lo que significa que su agua se encuentra fuertemente contaminada y no es apta para el uso humano. Del total de sitios de la red, solamente el 42.5% presentó un nivel de calidad excelente.
Además, según el semáforo de calidad del organismo, el 35.8% de los cuerpos de agua en México se encuentran en color rojo, lo que significa que tienen una fuerte presencia de partículas dañinas (como enterococos), y 31% están en amarillo, y contienen bacterias como la E. Coli, causante de enfermedades y diarreas, y de coliformes fecales provenientes de los desechos humanos.
En cuanto a la calidad del agua subterránea el 44.7% de los sitios fueron catalogados en color rojo al icontener una o varias de estas sustancias: fluoruros, coliformes fecales, nitrógeno de nitratos, arsénico, cadmio, cromo o mercurio.
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Con información de Conagua, El Sol de Tlaxcala, El Sol de México y La Jornada
