A raíz de un video de Carlos Mota en el que presumía la capacidad del estacionamiento del AIFA, Axel Belfort criticó y comparó las cifras.
‘La obra sigue avanzando’
Carlos Mota, periodista colaborador de ADN40 y columnista en El Heraldo de México, compartió un video en su cuenta de Tik Tok para reportar desde el estacionamiento del aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía. Entre los datos que compartió mencionó que el espacio albergará a cerca de 4 mil 72 vehículos.
“Es mucho más que eso, es una terminal intermodal, porque aquí hay una estación prácticamente en la final del tren suburbano, habrá un estacionamiento también para autobuses, habrá también llegada para el Mexibús, en fin, una zona de mucho servicio para transporte de la gente de diferentes zonas, de la zona central de nuestro país a este aeropuerto.”
Señaló que arriba del estacionamiento habrá una zona de restaurantes para apreciar toda la actividad aeroportuaria que, según él mismo, ya está terminada, aunque esta no se aprecia en el video. De hecho, de todo lo que menciona como avance, no se muestra como tal en el video de la visita que realizó.
Axel Belfort tumba cifras
Como ya es su costumbre, el arquitecto tuitero Axel Belfort retomó la información publicada y realizó precisiones sustentadas en los amplios análisis de infraestructura que lo han hecho relevante en la red social Twitter. En primer lugar, cuestionó la cifra de cajones en el estacionamiento e ironizó sobre los que existen en otros aeropuertos del país, así como los que proyectaba el NAIM.
“Para tener perspectiva: AIFA = 4,072 cajones Aeropuerto. Benito Juárez en CDMX, cerca de 4,500 cajones. El de Guadalajara, al terminar su proyecto de ampliación, más de 10,000 cajones. NAICM en Texcoco, cerca de 20,000 cajones. Tan solo el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, tendrá más cajones de estacionamiento que el AIFA y el AICM juntos. No sé si eso les dé una idea de la porquería “de clase mundial” que se construye en Santa Lucía.”
Al respecto, Belfort calificó la propuesta como una ‘miseria’ asumiendo que, desde su conceptualización, “no se vislumbró jamás como un ente de clase mundial, sino simplemente con un pequeño aeropuerto más, como ‘pequeño’ negocio militar”.
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