NYT acusa negligencias en construcción de la Línea 12; “hemos sido responsables”: Sheinbaum

Este fin de semana, el diario estadounidense The New York Times publicó una investigación en la que se afirma que la causa del colapso en la Línea 12 del Metro a inicios de mayo pasado, fue por negligencia de las autoridades en la construcción y uso de materiales.

“El desastre ya se ha convertido en una crisis política que amenaza con atrapar a dos de las figuras más poderosas del país: el secretario de Relaciones Exteriores del presidente, Marcelo Ebrard, y uno de los empresarios más ricos del mundo, Carlos Slim”, expresa el texto.

A través de análisis fotográficos que realizaron ingenieros consultados por el medio, se determinó que existieron “errores críticos” en la construcción, lo que representó un alto riesgo porque eran “vitales para la resistencia”. De hecho, supuestos funcionarios de la CDMX y personas familiarizadas con la investigación habrían subrayado la existencia un patrón de “conveniencia política y trabajo desordenado mientras se construía el Metro”.

Asimismo, según el análisis las vigas de acero no estaban construidas para sostener la estructura por sí misma, por lo que se colocaron montantes de metal para conectar el acero a la losa de hormigón, a pesar de que estos dos materiales son más resistentes en una sola unidad.

“Cuando el tren realizó su último viaje, es probable que algunas secciones del concreto se desconectaran, simplemente descansando sobre vigas de acero que nunca fueron diseñadas para soportar el peso por sí solas”, señala The New York Times.

El medio asegura que una de las hipótesis, aunque no definitiva, es que al pasar el tren, las vigas se deslizaron hacia adentro y la abrazadera de la estructura se dobló dejando caer el vehículo que pasaba por encima.

La respuesta de Sheinbaum

“Sobre el artículo que aparece en el NYT el día de hoy sobre la Línea 12 y la afirmación que algunos han hecho de que la información provino del gobierno de la Ciudad, aclaro categórica que nunca hemos utilizado filtraciones periodísticas para informar o hacer nuestro trabajo”, respondió la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a través de su cuenta de Twitter.

Asimismo, añadió que si su administración no hace filtraciones, menos las haría “a un medio que ha buscado confrontar a la 4ª Transformación. ¿Habría que preguntarse qué intereses no esclarecidos están detrás de este artículo?”.

Asimismo, añadió: “Hemos sido muy responsables en esperar los dictámenes técnicos, profesionales. No es nuestro estilo filtrar información y nunca lo será. Nos caracteriza decir la verdad de forma directa sin ningún intermediario”.

“Para nosotros lo más importante es atender de forma integral a las víctimas como lo hemos venido haciendo y conocer las causas de forma profesional para atender lo más pronto posible el arreglo de la Línea 12. Las sanciones le corresponden a otras instancias”, sentenció la funcionaria.

Opiniones en redes

En este contexto se han presentado diversas opiniones. El exdiputado Mario Di Costanzo cuestionó a los involucrados en la construcción de la Línea 12 y que ahora están en la administración pública. “Será que después del dictamen de la L12 , @m_ebrard este pensando en regresarse a Paris ; o culpará a @mario_delgado aprovechando que pronto dejará de ser el Presidente de @PartidoMorenaMx”, sentenció el político.

Por su parte, la editorialista Denisse Dresser, escribió: “Aquí investigación de The New York Times sobre porqué colapsó la Línea 12: una tragedia producida por serias fallas en la construcción y presiones políticas, que involucran a Slim y Ebrard. Exigimos/merecemos explicaciones”.

En tanto, la periodista Dolia Estevez publicó: “Investigación de gran calado en PP del @nytimes demuestra que el derrumbe de la L12 del metro se debió a su pésima construcción, plagada de oportunismo político. Pega duro a @m_ebrard, Slim (Carso). Lo mismo ahora con Tren Maya, dice. Lean luego opinen”

Y añadió: “Con apuro para terminar, la ciudad exigió que las empresas constructoras abrieran el metro mucho antes de concluido el mandato de Ebrard. La premura condujo a un proceso frenético de construcción que empezó antes de que se completara un plan ejecutivo y produjo una línea de metro con fallas desde el inicio. La indignación por las deficiencias fue tan intensa que Ebrard terminó por irse a vivir al extranjero durante 14 meses, dejando atrás lo que llamó una ‘cacería política’”.

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