Pese a los esfuerzos por acabar con el presidencialismo en México, con López Obrador regresó esta forma de gobierno y busca a toda costa concentrar en la figura presidencial el poder y las decisiones más importantes del país. No te pierdas la opinión de Demetrio Sodi.
Una larga lucha por la democracia y la pluralidad
En su columna “Desmantelar el presidencialismo”, Demetrio Sodi apunta que en México la figura de un presidente centralista, que controla la vida política y está por encima de los poderes legislativo y judicial, es algo contra lo que se ha luchado con miras a avanzar hacia una verdadera división de poderes. Sodi explica que desde 1988 se llevaron a cabo acciones como la reformas electorales para garantizar la alternancia en el poder, mayor pluralidad y elecciones más competitivas.
Asimismo, se logró “la autonomía total del poder Judicial y avanzar en el federalismo a través de la descentralización de funciones y recursos hacia los estados” y se crearon los organismos autónomos justamente para disminuir la discrecionalidad del poder presidencial y garantizar la transparencia en el manejo de recursos. Además, había aumentado poco a poco la participación ciudadana y de las organizaciones de la sociedad civil.
Volvió el presidencialismo
Sin embargo, Sodi, aspirante a la presidencia postulado por la organización Futuro 21, advierte que con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4T, esta idea de “el gobierno de un solo hombre”, regresó, algo que ya se consideraba casi imposible, y que actúa en detrimento de la democracia.
“Durante este sexenio hemos regresado al poder presidencial casi absoluto que controla al poder Legislativo a través de una mayoría incondicional del partido de Estado, a la Corte para que no pueda anular leyes inconstitucionales, a los gobernadores a través del gasto e inversiones, a los organismos autónomos nombrando a los titulares y consejeros y reduciéndoles el presupuesto y sobretodo ignorando a la sociedad civil organizada”.
Como señala el experto, López Obrador ha podido hacer estos cambios “porque dejamos puertas abiertas en las reforma“, pues, en caso como la Corte, es el presidente quien tiene la última palabra para nombrar a un nuevo ministro y en los organismos autónomos también hace la propuesta del titular y de consejeros, quienes finalmente se quedan, al ser aprobados por la mayoría en el Congreso de su partido Morena. Además, López Obrador controla quiénes serán los gobernadores de Morena y a los de otros partidos los convence con apoyos y obras para sus entidades.
En este sentido, Demetrio Sodi señala que es necesario revertir este retroceso político, eliminando las facultades con las que cuenta actualmente el mandatario. De lo contrario, México seguirá siendo el país “de una sola persona”.
“Tenemos que llevar a cabo reformas para eliminar las facultades del presidente para proponer ministros, consejeros o titulares de otro poder o de organismos autónomos, descentralizar facultades, responsabilidades y el gasto público hacia los estados y municipios, desmilitarizar la Guardia Nacional y las oficinas y empresas que les han dado, despolitizar los programas sociales y sobretodo ciudadanizar la vida nacional promoviendo y apoyando la organización y participación de la sociedad civil en el gobierno”.
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Con información de El Economista