Desde el inicio de la implementación de Sembrando vida se han dado a conocer sus errores de diseño y esta vez se habló de que en más de mil parcelas de Quintana Roo hay deforestación a causa del programa.
Talando vida
Pese a que el presidente y la Cuarta Transformación lo consideran “el programa de reforestación más grande del mundo”, El Universal presentó un nuevo reporte de las parcelas que sufrieron deforestación para poder ser utilizadas en el programa, a cambio de los 5 mil pesos mensuales que este proporciona por la siembre. A cambio de sembrar las semillas del programa, se tumban árboles, se destruyen selvas y se fomentan cambios de uso de suelo.
De acuerdo con la información presentada por el diario capitalino, existe evidencia de que Sembrando vida ha ocasionado deforestación y pérdidas de cobertura vegetal en al menos la mitad de las 5,142 parcelas que están inscritas en el programa en el estado de Quintana Roo están, mismas que se localizan en áreas que están catalogadas como selvas.
“Se analizaron todas las parcelas con fotos de satélite y se observó que en al menos 1,032 de esos puntos hubo deforestación y pérdida de cubierta forestal para poder ingresar y cobrar en Sembrando vida. El programa entrega 5 mil pesos al mes a pequeños agricultores en municipios con rezago social para que cultiven milpa y planten árboles frutales y maderables en dos hectáreas y media de terreno. En todo el país, hay 440 mil beneficiarios, con un millón 100 mil hectáreas”, explica El Universal.
Deforestar para reforestar
Según el reporte, este programa emblemático de la 4T, que el presidente incluso ha promovido con sus pares de Estados Unidos y Canadá para implementar en Centroamérica, “genera un incentivo perverso que induce a la deforestación”. Como se ha reportado anteriormente, para participar en el programa, muchos de los beneficiarios se enfrentan a una paradoja, ya que tienen que cortar los árboles existentes en las selvas para tener terrenos disponibles dónde sembrar los nuevos árboles frutales y maderables. Así, las 1,032 parcelas de Quintana Roo en las que se registra deforestación equivalen a más de 2 mil 500 hectáreas, “unas cuatro veces el bosque de Chapultepec o alrededor de 3 mil 500 canchas de futbol”.
Además, del total de parcelas en el estado (5,142), 3,122 se encuentran en terrenos libres y en 907 de los casos no es posible comprobar la deforestación a través de la información satelital; asimismo, hay 64 parcelas con un doble registro y otras 17 se localizan en zonas urbanizadas. Pese a los datos y evidencias, El Universal informó que la Secretaría de Bienestar no ha querido compartir la ubicación de las parcelas con organizaciones y científicos ni les ha contestado al respecto, a pesar de que se pusieron en contacto con la dependencia para solicitar una réplica.
“El Universal recorrió Quintana Roo y la selva maya, pulmón y bosque más extenso de Mesoamérica, entrevistando a beneficiarios de Sembrando Vida y visitando parcelas y sembradíos para corroborar los hallazgos del análisis de un programa social en el que se han gastado 71 mil millones de pesos desde 2019. Su supuesto carácter ambiental sirve de excusa para mutilar los presupuestos de instituciones de protección a los bosques, como la Comisión Nacional Forestal”.
Con información de El Universal