Descubre qué es el Síndrome de Hybris; ¿Qué tan lejos está López Obrador?

El poder es una fuerza que puede transformar a los líderes, llevándolos desde la búsqueda de un bien común hasta la obsesión por el control absoluto. Cuando esta obsesión se manifiesta en un líder político, algunos expertos han identificado un síndrome conocido como “hybris”, también conocido como el síndrome del poder absoluto. En una reciente entrevista con Voces en Red de Ciudadano en Red, el activista y vocero de los padres de niños con cáncer, Israel Rivas, sugirió que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, podría estar mostrando síntomas de este síndrome, lo que nos invita a reflexionar sobre la relación entre el líder y el poder en el actual gobierno mexicano.

El término “hybris” proviene de la antigua Grecia y se refería al desmesurado orgullo o arrogancia que llevaba a los líderes a desafiar a los dioses y a creerse invulnerables. En el contexto político actual, este síndrome se caracteriza por la excesiva confianza en sí mismo, la pérdida de la empatía hacia los demás, la falta de autocrítica y la negativa a escuchar a quienes cuestionan sus decisiones.

Uno de los síntomas más evidentes del síndrome de hybris es la creencia de que el líder está por encima de las normas y las instituciones. En el caso de López Obrador, esto se ha manifestado en su rechazo a respetar los contrapesos institucionales y en su constante desprecio a la prensa y a los críticos. Su estilo de liderazgo se ha caracterizado por la toma de decisiones unilaterales y la falta de apertura al diálogo, lo que ha generado tensiones y divisiones en la sociedad mexicana.

Además, el líder afectado por el síndrome de hybris tiende a considerarse infalible y se resiste a reconocer sus errores. A lo largo de su mandato, López Obrador ha mostrado poca disposición para admitir fallas en su gobierno, prefiriendo culpar a gobiernos pasados o a supuestas “conspiraciones” en su contra. Esta negativa a reconocer errores y asumir responsabilidades puede llevar a la toma de decisiones equivocadas y a políticas públicas poco efectivas.

El síndrome de hybris también se caracteriza por la falta de empatía hacia los demás y la creencia de que el líder siempre sabe lo que es mejor para el país. En el caso de López Obrador, esta actitud se ha manifestado en su desdén por la crítica y en su rechazo a considerar las opiniones de expertos y especialistas. Su desprecio hacia instituciones como el INE, el INAI, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y sus descalificaciones a los medios de comunicación independientes, han generado preocupaciones sobre la erosión de la democracia y el pluralismo en México.

Es importante mencionar que el síndrome de hybris no sería exclusivo de López Obrador ni de ningún líder en particular. Es un fenómeno que ha sido observado en otros líderes políticos y se relaciona con el poder mismo, que puede llevar a la corrupción del carácter y la pérdida de la conexión con la realidad.

La reflexión sobre la posibilidad de que López Obrador esté mostrando síntomas de hybris no pretende ser una afirmación categórica, sino una invitación a analizar el comportamiento del líder en el contexto del poder y sus implicaciones para el país. Es responsabilidad de los ciudadanos y de los medios de comunicación estar alerta ante cualquier indicio de abuso de poder y defender las instituciones democráticas que son fundamentales para el equilibrio y la transparencia en un gobierno.

En este sentido, el papel de los expertos y analistas es crucial para llevar a cabo una evaluación objetiva del liderazgo político y sus consecuencias para la sociedad. Como ciudadanos, debemos exigir transparencia, rendición de cuentas y respeto a las instituciones, y estar dispuestos a cuestionar a nuestros líderes cuando sea necesario.

¿Qué es el síndrome de hybris?

Si bien no existe una definición médica oficial del síndrome de hybris, diversos expertos en psicología y liderazgo han abordado este tema desde sus investigaciones y estudios sobre el comportamiento humano en contextos de poder. A continuación, se presentan algunos puntos de vista de expertos reconocidos en el campo:

El Dr. Eugene Kennedy, psicólogo y autor de varios libros sobre liderazgo y personalidad, ha estudiado la relación entre el poder y el comportamiento humano. En su libro “The Unheavenly Chorus: Unequal Political Voice and the Broken Promise of American Democracy”, Kennedy aborda la idea de que el poder puede corromper la mente de los líderes, llevándolos a perder la conexión con la realidad y a creer que están por encima de las normas y las instituciones.

En su libro “The Hubris Syndrome: Bush, Blair and the Intoxication of Power”, el Dr. David Owen, exministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido y psiquiatra de formación, analiza cómo el poder puede llevar a líderes políticos a tomar decisiones desastrosas debido a un exceso de confianza en sí mismos y una pérdida de la empatía hacia los demás.

Por su parte, el Dr. Robert Hogan, psicólogo y experto en personalidad y liderazgo, ha abordado el tema del síndrome de hybris en sus investigaciones sobre el lado oscuro del liderazgo. Según Hogan, el poder puede llevar a los líderes a desarrollar rasgos narcisistas y megalómanos que los hacen menos receptivos a la retroalimentación y más propensos a tomar decisiones impulsivas y riesgosas.

Es importante tener en cuenta que el síndrome de hybris no es una condición médica formalmente reconocida, sino más bien una descripción de patrones de comportamiento que pueden surgir en individuos con poder. Además, cada experto puede tener perspectivas y enfoques ligeramente diferentes sobre el tema.

El síndrome de hybris es una advertencia sobre los peligros del poder sin límites y sobre la importancia de mantener el equilibrio y la responsabilidad en el ejercicio del liderazgo. Si bien López Obrador ha sido elegido por una amplia base de seguidores, es fundamental que como sociedad estemos alerta y vigilantes ante cualquier indicio de que el poder se esté convirtiendo en una obsesión enfermiza y desmedida.

¿El presidente López Obrador padece del síndrome de hydris? Saquen ustedes, amables lectores, sus propias conclusiones.

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