Diabetes, la otra pandemia entre los mexicanos

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La diabetes es una de las principales causas de mortalidad en el país y una de las comorbilidades que causan mayor riesgo de gravedad en casos de COVID-19. Sin embargo, la mayoría de los casos se pueden prevenir con solo llevar una dieta saludable y realizar actividad física.

Una pandemia prevenible

En 2020, el 92.4% de las muertes en México fueron por enfermedad y las tres principales causas fueron: las enfermedades del corazón, el COVID-19 y la diabetes mellitus. Aunque la diabetes tipo 1 no es prevenible, la diabetes mellitus tipo 2 sí lo es y la recomendación de los expertos en salud es que, además de la obligación de los Estados de generar políticas y programas de salud para combatirla, las misma población adquiera conciencia sobre el tema y contribuya a prevenirla a nivel individual y familiar con un cambio en su estilo de vida.

“La alimentación saludable, la actividad física, la medicación y las pruebas periódicas permiten tratar la diabetes y prevenir, retrasar y tratar sus complicaciones”, señala también la OMS.

Los malos hábitos alimenticios, con consumo elevado de harinas, grasas y azúcares; además de una vida sedentaria y el consumo de alcohol o tabaco son factores de riesgo ante esta enfermedad. De acuerdo con la OMS, entre los factores de riesgo asociados al metabolismo se encuentran: el aumento de la tensión arterial, el sobrepeso y la obesidad, la hiperglucemia (concentraciones elevadas de glucosa en la sangre) y la hiperlipidemia (concentraciones elevadas de grasas en la sangre). En este sentido, la mayor parte de la población en México corre el riesgo de tener esta enfermedad, pues 73% de las personas de 20 años o más, así como un tercio de la población escolar tienen sobrepeso u obesidad, además de cuatro de cada 10 mujeres adolescentes.

“Si bien es cierto que se requieren políticas de salud pública para afrontar esta enfermedad, también es elemental realizar cambios en el estilo de vida, la dieta y la actividad física. La modificación de los estilos de vida y hábitos de riesgo puede llevarse a cabo desde casa. Cuando los miembros de la familia comen y hacen ejercicio juntos, todos se benefician y fomentan conductas que podrían ayudar a prevenir la diabetes”, apunta el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Asesina silenciosa

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que aparece cuando el organismo no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera eficaz. Cuando no es controlada, se produce hiperglucemia, la cual ocasiona graves daños en muchos órganos, los vasos sanguíneos y en otros sistemas, como el nervioso. Como la insulina es la hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre, esta se suministra a los pacientes con la enfermedad para controlar sus niveles.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles (ENT) son la causa de la mayoría de los decesos a nivel mundial, ya que “matan a 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo”, señala el organismo internacional. La diabetes ocupa el cuarto lugar entre las ENT más mortales: en primer lugar, las enfermedades cardiovasculares, con 17.9 millones de casos al año; después el cáncer, con 9 millones; las enfermedades respiratorias, con 3.9 millones, y la diabetes en 1.6 millones.

En época de COVID-19, la diabetes se volvió aún más mortal, pues los pacientes con esta enfermedad enfrentan un riesgo mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y e incluso de morir en caso de contagiarse de COVID-19. Según ha informado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) algunos estudios revelan que los pacientes con diabetes corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con la diabetes como resultado de las restricciones relacionadas con la COVID-19.

Según el organismo, estas complicaciones son “la hiperglucemia grave, la cetoacidosis diabética, las infecciones de la piel y los tejidos blandos y las úlceras en los pies. El aumento del riesgo de presentar estas complicaciones se debe a múltiples factores: el acceso limitado a los servicios de atención primaria como resultado de las medidas de distanciamiento físico, la interrupción del acceso a los medicamentos administrados crónicamente, las dificultades para obtener aprobaciones de reabastecimiento de las recetas y acceder a las farmacias, así como la escasez de suministros”, señala la OPS.

Con información de Inegi, Organización Mundial de la Salud, INSP y OPS

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