Con la inminente entrada en vigor de la segunda fase del etiquetado frontal en alimentos, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Alianza por la Salud Alimentaria hacen un llamado urgente a la implementación de una ley que obligue a la industria alimentaria a reformular sus productos.

Consumo de altas cantidades de sodio

Expertos señalan que la combinación entre el etiquetado frontal y una ley que imponga la reducción de sodio en alimentos procesados resultaría en una disminución significativa en el consumo de este elemento, el cual puede tener efectos perjudiciales para la salud.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta de sodio, presente en altas cantidades en los ultraprocesados, excede la recomendación diaria en México, que es de no más de 2 gramos al día.

El INSP ha determinado que la reducción de sodio en productos procesados, a través de una ley de reformulación, podría llevar a una disminución de aproximadamente un gramo al día por persona en su consumo en México.

Etiquetado frontal provocó reformulación de productos

Esta política de salud alimentaria ha mostrado resultados positivos desde su implementación en 2020, cuando se modificó la Norma Oficial Mexicana (NOM) 051 para hacer obligatorias las etiquetas de advertencia en alimentos ultra procesados.

Desde entonces, se incluyen etiquetas octagonales con la palabra “exceso”, seguidas del elemento como sodio, grasas saturadas, grasas trans, azúcar o calorías, además de dos etiquetados adicionales para advertir sobre el uso de edulcorantes, con el propósito de proteger a la población, en especial a los niños.

La Alianza por la Salud Alimentaria destaca que tras la primera fase del etiquetado frontal, numerosas marcas reconocidas de productos lácteos, cereales y panadería reformularon sus productos para evitar el sello de advertencia.

Jorge Vargas Meza, nutriólogo investigador de El Poder del Consumidor, subraya que la población ha respondido de manera positiva al etiquetado frontal, lo que ha llevado a la reformulación de productos por parte de la industria, contribuyendo a una mejor toma de decisiones de compra.

El INSP reporta que tras la implementación del etiquetado de advertencia, productos que inicialmente tenían hasta cuatro sellos de advertencia lograron reducir estas marcas en un 66% en sus manufacturas. Asimismo, se ha evidenciado una disminución en el contenido de sodio y azúcar en varios productos procesados, como el pan de caja, pan dulce envasado, cereales de caja y bebidas azucaradas.

¿Qué consecuencias a la salud trae el consumo excesivo de sodio?

La hipertensión, una afección relacionada con el consumo desmedido de sodio, se ha convertido en un grave problema de salud en México, afectando a la mitad de la población adulta del país, según organismos médicos internacionales y expertos en la materia.

Las estadísticas son alarmantes, especialmente en el caso de los más jóvenes. Niños entre 5 y 12 años consumen alrededor de 2.8 gramos de sodio o 7.1 gramos de sal diariamente, mientras que los adolescentes de 12 a 18 años ingieren 3.7 gramos de sodio o 9.4 gramos de sal al día. En el caso de los adultos mayores de 18 años, el consumo asciende a 3.1 gramos de sodio o 7.8 gramos de sal diariamente.

La Alianza por la Salud Alimentaria ha subrayado que, a nivel global, alrededor de 2 millones de personas fallecieron en 2019 debido a enfermedades cardiovasculares (ECV). Estas afecciones son la principal causa de muerte, enfermedades permanentes y discapacidades en América, caracterizadas por el estrechamiento o bloqueo de los vasos sanguíneos, lo que provoca daños al corazón y otros órganos vitales.

Dentro de estas enfermedades se incluyen:

• La cardiopatía isquémica
• Accidentes cardiovasculares
• Arteriopatías periféricas
• Cardiopatía reumática
• Infartos al corazón

Enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en México

En 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que cerca de 819 mil 448 muertes fueron registradas, de las cuales el 90% estuvo relacionado con enfermedades y problemas de salud, como padecimientos cardíacos (24.5%), diabetes mellitus (14.1%), tumores malignos (11%) y enfermedades del hígado (5.1%).

Los especialistas resaltan que estas enfermedades cardiovasculares están fuertemente ligadas a la dieta, en particular a un consumo elevado de sodio, grasas y alcohol, y una ingesta baja de frutas y verduras. Además, el tabaquismo, el sedentarismo y un inadecuado control del estrés, así como factores metabólicos asociados a la obesidad, diabetes, hipertensión arterial y altos niveles de lípidos en sangre, también contribuyen a este preocupante panorama de salud en México.

Reformulación obligatoria, la clave para combatir el exceso de sodio

El consumo excesivo de sodio ha llevado a especialistas a abogar por una Ley de reformulación obligatoria en la industria alimentaria mexicana. Estudios realizados por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sugieren que esta iniciativa podría tener un impacto significativo en la salud de la población.

De acuerdo con las estimaciones del INSP, una reducción del contenido de sodio en productos procesados, lograda a través de una ley de reformulación, podría disminuir el consumo de sodio en aproximadamente un gramo al día por persona en México. Ana Basto-Abreu, investigadora del Centro de Investigación en Salud Poblacional del INSP, señala que esta reducción podría tener un impacto sustancial en la mortalidad, evitando alrededor de 12,787 muertes anualmente.

Lilia Pedraza, integrante del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, destaca que la reformulación de productos no solo ayuda a tomar decisiones de compra más saludables a través de los sellos de advertencia, sino que beneficia a toda la población al reducir la cantidad de azúcares añadidas, sodio y grasas disponibles en los alimentos.

Aunque la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda la reformulación obligatoria como la opción más eficaz y costo-efectiva para reducir enfermedades cardiovasculares, México aún no ha implementado esta medida, a diferencia de otros países como Argentina, que ha logrado reducir en un 90 por ciento el sodio en productos ultraprocesados mediante esta estrategia.

La combinación de la reformulación obligatoria con el etiquetado frontal de advertencia, ya implementado en México, es vista como una estrategia efectiva para reducir el consumo de sodio.

Políticas públicas rezagadas en la lucha contra el exceso de sodio

Éctor Jaime Ramírez Barba, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, ha expresado su preocupación por la falta de medidas contundentes por parte del Gobierno federal para abordar el problema de salud pública relacionado con el alto consumo de sodio y la obesidad en México.

El legislador afirma que si el Gobierno tiene un genuino interés en reducir la tasa de enfermedades causadas por la hipertensión, debería presentar una iniciativa que obligue a las empresas a reducir el contenido de sodio en sus productos. Ramírez Barba considera lamentable que las autoridades gubernamentales no estén priorizando la salud de la población en este aspecto crítico.

Aunque se ha aprobado una ley de etiquetado frontal en 2018 que se enfoca en el contenido graso de los productos, Ramírez Barba sostiene que se desconoce el impacto real de esta medida, ya que no se ha observado una disminución significativa en las tasas de sobrepeso y obesidad, especialmente en niños. Esto sugiere que el consumo de productos procesados sigue siendo elevado, a pesar del etiquetado frontal.

El legislador del PAN critica que hasta el momento, todas las iniciativas relacionadas con la reducción de sodio o calorías provienen de los legisladores, y el Gobierno federal no ha presentado propuestas concretas al respecto. Además, señala que no se ha realizado una evaluación exhaustiva para determinar si las políticas existentes han tenido un impacto efectivo.

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Con información de Reporte Índigo.

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