Según el Inegi, entre 2019 y 2020, el 75% de los policías fueron asesinados con armas de fuego principalmente en calles y carreteras.
Mil 378 policías han muerto por actos violentos
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que de 2019 a 2020, mil 378 policías han perdido la vida por actos violentos. 652 de ellos se encontraban realizando acciones propias del cumplimiento de sus funciones; el resto, fueron asesinados en su tiempo de descanso laboral.
Hasta 2015, la mayoría de los policías federales, estatales y municipales eran asesinados mientras portaban el uniforme, sin embargo, en años recientes la tendencia comenzó a revertirse. Este fenómeno puede explicarse, coinciden analistas, a que los grupos delincuenciales realizan un mayor y sofisticado trabajo de inteligencia que las corporaciones apenas hacen.
Las estadísticas de mortalidad señalan que en el 75% de los casos, los elementos fueron asesinados principalmente con armas de fuego. Además destaca que mil 113 agentes de seguridad pública fueron asesinados en calles y carreteras, mientras que otros 147 policías fueron abatidos en su vivienda.
“Al momento de que (los criminales) infiltran a alguien dentro de una corporación, lo que hacen es inteligencia, recaban información para usarla a favor de sus intereses. Y, en cambio, nosotros no tenemos un sistema que contrarreste lo que estas personas hacen y por eso somos tan vulnerables, porque no sabemos de dónde nos va a llegar algún atentado, de dónde nos van a llegar a atacarnos”.
Rodolfo Basurto, el líder del Sindicato Nacional de Policías (Sinapol).
Rodolfo Basurto, el líder del Sindicato Nacional de Policías (Sinapol), también asegura que debido a esta situación es difícil dar con el autor del asesinato ni los motivos porque lo hizo. En tanto, José Antonio Álvarez, especialista en seguridad de la UNAM, coincide en que hace falta trabajo de inteligencia que se ve seriamente perjudicado por la política del ejecutivo de no enfrentar al crimen organizado.
“Los criminales están haciendo lo que no hace el Estado, ellos se anticipan e intimidan a quienes operan las acciones policiales. (…) Ir a buscar a policías en sus horas de descanso, buscarlos en sus domicilios y vulnerar su espacio significa un anuncio de violencia e intimidación para que los policías sepan hasta dónde son capaces de llegar con tal de tener impunidad”.
Casi la mitad ocurre entre las 7 pm y 6 am
Respecto a la hora de ocurrencia, el informe indica que 44.7% de los asesinatos ocurrieron entre las siete de la noche y las seis de la mañana, mientras que 22.1% fue entre seis de la mañana y las 12 del día, y 27.1 % de los casos ocurrieron entre las 12 del día y las siete de la noche.
Con respecto a la edad de las víctimas, entre 2013 y 2018, el 40% tenían entre 30 y 39 años. Descartando la percepción de que los agentes jóvenes son las víctimas más recurrentes, pues los menores de 30 años sumaron 24% de los delitos.
Actualmente los policías estatales y municipales presentan los niveles de confianza más bajos entre los cuerpos de seguridad que operan en nuestro país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana del Inegi, el 55% de los ciudadanos confían en la labor de los cuerpos estatales, mientras que solo 49% lo hace con los municipales.
Los estados con más policías asesinados fuera de horario laboral son Guanajuato y Estado de México. En el primero se reportaron 108 bajas durante los últimos dos años, mientras que en el segundo se cometieron 72 homicidios. Ambas entidades concentran el 25% de los casos a nivel nacional.
Impunidad, el principal obstáculo
Otro de los obstáculos es el abandono en el que se encuentran los policías ya que no reciben capacitaciones o mejores prestaciones laborales que les permitan sentirse protegidos y a sus familias en caso de un ataque armado. En segundo lugar, la impunidad imperante de los grupos delictivos incentiva de algún modo que estas afrentas se vuelvan cotidianas al no haber ningún castigo para quien agrede a un elemento.
“Cada vez es más evidente el nivel de agresividad y de violencia hacia nosotros, el nivel de impunidad sobre todo, prácticamente ningún caso se investiga o se logra la detención de los responsables y eso es algo que nos preocupa en demasía”.
Álvarez recomendó incrementar las sentencias contra los civiles que atenten contra un policía sin importar que se encuentre fuera de servicio, así como ocurre en otras latitudes. El Sinapol propone por su parte que si un agente está en peligro de ser víctima de un atentado, existan cambios de adscripción de un municipio a otro, de tal manera que los delincuentes no los puedan ubicar fácilmente. Además de permitir a los policías portar el arma de fuego estando fuera de servicio para poder defenderse.
Con información de Milenio.