El sábado 10 de abril, decenas de niños indígenas de Ayahualtempa, en el municipio de José Joaquín Herrera, Guerrero, marcharon con armas para unirse a la defensa de su comunidad ante la violencia que viven a causa del crimen organizado.
Sitiados en su propio pueblo
Tienen entre seis y 15 años y se encuentran “sitiados” dentro de su comunidad, en la pobreza y sin poder estudiar más allá de la primaria. Las escuelas de secundaria y preparatoria más cercanas están cerca de los territorios donde operan “Los Ardillos”, grupo delincuencial con actividades en la zona centro y la región de la montaña de Guerrero, así como el municipio de Hueycantenago, el cual colinda con Ayahualtempa.
El hostigamiento y la violencia han llevado a los habitantes de Ayahualtempa a unirse a la policía rural de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC). En ella se han integrado ya al menos 34 niños, de los cuales 17 se unieron apenas en febrero.
Los niños comunitarios reciben adiestramiento táctico tipo militar. Aprenden a disparar, pero únicamente los que son mayores de 12 años usan armas reales; los más pequeños marchan con armas de madera y palos.
Piden apoyo del gobierno
Bernardino Sánchez Luna es el coordinador de los grupos de autodefensa, y asegura que el Estado mexicano no ha cumplido sus promesas a la gente que habita en la montaña. No hay seguridad, educación, salud ni han podido salir de la pobreza.
Hacemos un llamado al gobierno federal para que apoye a las nueve viudas de esta comunidad, a los 14 huérfanos y a los 34 desplazados”, pide Sánchez Luna.
La CRAC señaló este domingo que, de no ser atendidas sus peticiones y demandas en los próximos días, intervendrán para impedir que se instalen las casillas y no permitirán que se lleve a cabo la jornada electoral del 6 de junio en sus comunidades.
Los han dejado sin apoyo
Las autodefensas de Guerrero declaran que no han recibido apoyo en esta administración. En 2019 publicaron también videos en los que los niños comunitarios realizaban tácticas militares, dando a conocer la alarmante situación en la que han vivido durante tantos años. Sin embargo, señalan que la respuesta del gobierno consistió únicamente en entregarles despensas y prometerles que mejoraría su situación.
Pero todo sigue igual, y desde 2015 permanecen en medio de la lucha de “Los Ardillos” y otras células y cárteles menores por controlar el territorio y mantener la siembra de amapola.
De acuerdo con información publicada en Sin Embargo, a “Los Ardillos” se les atribuye “el secuestro de 32 habitantes de Chilapa (mayo de 2015), las muertes de 12 personas en la comunidad del Rincón de Chautla (enero de 2019) y la ejecución de 10 integrantes del grupo musical “Sensación”, quienes fueron torturados y calcinados en enero de 2020″.
Imagen de portada: Canela TV
Con información de EL PAÍS y Sin Embargo