El gobierno de México enfrenta una situación delicada en el ámbito de la seguridad y la cooperación internacional. El Congreso de Estados Unidos decidió excluir a nuestro país del Comando Norte, lo que podría tener graves implicaciones en la lucha contra el crimen organizado y en la vigilancia de la frontera norte. Esta decisión pone en evidencia las preocupaciones de Estados Unidos sobre la creciente presencia del narcotráfico en México y plantea retos significativos para la seguridad y el progreso de nuestra nación.
El Comando Norte es uno de los once comandos combatientes unificados del Departamento de Defensa de Estados Unidos, cuya misión es proporcionar apoyo militar a las autoridades civiles y proteger el territorio y los intereses nacionales en América del Norte. México se había convertido en una nación privilegiada al ser el único país latinoamericano incluido en este comando desde octubre de 2022. Esto le permitía mantener una interlocución privilegiada con las autoridades de Estados Unidos y Canadá, así como formar parte del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (Norad).
Sin embargo, esta posición se perdió luego de que el legislador republicano y presidente del Subcomité de Asignaciones de Defensa, Ken Calvert, propuso que México deje de formar parte del Comando Norte y se integre al Comando Sur. Esta reubicación alejaría a México de Estados Unidos y Canadá, lo que podría generar consecuencias bilaterales complejas.
La preocupación detrás de esta propuesta radica en las sospechas de que México se ha convertido en un narcoestado, es decir, un país controlado por el crimen organizado. La vigilancia de la frontera entre México y Estados Unidos es crucial, ya que es una zona de tránsito de estupefacientes y, por ende, es constantemente monitoreada por ambos comandos. El aumento de la violencia y el tráfico de drogas en México ha generado inquietudes en Estados Unidos sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno mexicano.
El problema del narcotráfico en México es evidente, y los resultados de la lucha contra el crimen organizado han sido insuficientes para contener el flujo de estupefacientes hacia el vecino país del norte. La pérdida de la interlocución privilegiada con Estados Unidos y Canadá pondría en riesgo las prerrogativas de seguridad que México disfrutaba, dejando al país en una posición de desventaja frente a la creciente violencia y el tráfico de drogas.
Además, existe el temor de que, de continuar por esta ruta, Estados Unidos pueda recrudecer la protección de su territorio y llegar a nombrar a los cárteles mexicanos como “terroristas”, lo que podría implicar una intervención de las fuerzas armadas estadounidenses en territorio mexicano, generando más muertes y terror entre la población.
Es importante destacar que, recientemente, el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen Van Herck, estuvo en México para tratar asuntos relacionados con la cooperación bilateral en materia de seguridad. Sin embargo, la decisión del Congreso estadounidense pone en duda la efectividad de estas reuniones y la relación de cooperación que México mantenía con su vecino del norte.
Ante esta situación, es imperativo que el gobierno mexicano revalúe su estrategia de seguridad y refuerce los esfuerzos para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Es necesario establecer políticas efectivas y transparentes que generen confianza tanto a nivel nacional como internacional, para así recuperar la posición de interlocución privilegiada con Estados Unidos y Canadá y mantener una cooperación sólida en la lucha contra el crimen transnacional.
La violencia y la inseguridad que aquejan a México no pueden ser ignoradas, y es fundamental que el gobierno tome medidas contundentes para proteger a la población y restaurar la confianza en sus instituciones. La colaboración internacional es esencial para enfrentar los desafíos que representa el narcotráfico y el crimen organizado, y México debe demostrar su compromiso para erradicar estas problemáticas que afectan no solo a su país, sino también a la región en su conjunto.
Reflexiones sobre la lucha contra el crimen organizado y su impacto en la relación con Estados Unidos
En una reciente mesa de análisis en el programa “Atypical Te Ve” con Carlos Alazraki, se abordó un tema de gran relevancia para México: la exclusión del país del Comando Norte por parte de Estados Unidos. Esta decisión ha generado preocupación y cuestionamientos sobre la posición de nuestro país en la lucha contra el crimen organizado y su cooperación con Estados Unidos y Canadá.
Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía, señaló que el cambio de México del Comando Norte al Comando Sur, junto al resto de América Latina, refleja una reducción de la confianza en las instituciones mexicanas. Esta decisión es preocupante, ya que el Comando Norte es uno de los once comandos combatientes unificados del Departamento de Defensa de Estados Unidos, y su membresía otorgaba a México una posición única y privilegiada en la interlocución con las autoridades de Estados Unidos y Canadá.
José Ángel Gurría, exsecretario de la OCDE, también hizo hincapié en que esta exclusión afecta la inteligencia y la información que México recibía de Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado. Además, destacó que actualmente unos 800 municipios en México están bajo control del crimen organizado, lo que representa un serio desafío para las instituciones mexicanas.
Francisco Martín Moreno, escritor y analista político, fue contundente al afirmar que la exclusión refleja la percepción de Estados Unidos sobre el gobierno mexicano como un “gobierno narco”. Esta situación podría limitar el acceso a información confidencial por parte de México y dificultar la lucha contra el crimen organizado, lo que plantea graves consecuencias para la seguridad de ambos países.
El análisis de la situación fue crítico y coincidieron en que el gobierno del presidente López Obrador no ha sabido aprovechar su vecindad con Estados Unidos para establecer una cooperación más productiva y estratégica en diversos ámbitos, como la seguridad, la tecnología y la inteligencia. La lucha contra el crimen organizado se convierte en una prioridad urgente, ya que la violencia y la inseguridad han permeado en la sociedad mexicana, afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
Ildefonso Guajardo hizo énfasis en que el crimen organizado ha invadido áreas de la economía formal en México, como el control de precios de productos básicos, lo que representa un desafío adicional para abordar la problemática desde distintos frentes.
En cuanto a las estrategias de seguridad, mencionaron la propuesta del exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, basada en la tecnología, pero señalaron que la tecnología por sí sola no garantiza el éxito en la lucha contra el crimen. Es fundamental que las políticas públicas complementen y apliquen adecuadamente las herramientas tecnológicas para enfrentar este desafío.
José Ángel Gurría subrayó que la exclusión de México del Comando Norte no es un asunto aislado, sino que fue consultado y anunciado previamente con las instancias correspondientes en Estados Unidos. Esto hace que la situación sea aún más seria y representa un tema delicado para la relación bilateral entre ambos países.
La exclusión de México del Comando Norte es una señal clara de la preocupación de Estados Unidos por la situación de inseguridad y la lucha contra el crimen organizado en nuestro país. Es un llamado de atención para que México fortalezca sus instituciones y estrategias de seguridad, y establezca una cooperación más efectiva con Estados Unidos en beneficio de ambos países y sus ciudadanos. La decisión no solo afecta la vigilancia de la frontera norte, sino que representa un desafío para la seguridad y el desarrollo de México en el contexto internacional.