A pesar de que la nueva Ley de Protección para Menores obliga al DIF a alojar a los niños migrantes, el Instituto Nacional de Migración retiene en el AICM a decenas de menores en condiciones de hacinamiento.
No cumplen con la ley
Aunque desde enero está vigente la nueva ley que protege a los niños que llegan desde el extranjero a territorio mexicano, los cuales no pueden ser detenidos por su estatus migratorio, por lo que el DIF debe proporcionarles alojamiento sin importar su nacionalidad, garantizando el principio de unidad familiar, el periódico Reforma dio a conocer cómo los retiene el Instituto Nacional de Migración (INM) en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). De acuerdo con la información del diario capitalino, el INM mantiene al menos a unos 15 niños migrantes hacinados en “un cuarto sin ventanas y con la luz encendida las 24 horas”, lugar que asegura “parece más una celda gestionada por el INM y vigilada por personal privado, de la que los viajeros no pueden salir a voluntad”.
Entre la noche del miércoles 7 de julio y la tarde del día siguiente, alrededor de 15 menores de edad, desde lactantes hasta adolescentes, estuvieron retenidos en una habitación de la Terminal 2, adaptada con literas y colchonetas en el piso. El espacio es usado por el INM como una especie de “sala de espera” para extranjeros a los que se les niega el ingreso a México y son devueltos a su país o que llegan al AICM en vuelos de conexión con destino a Centroamérica.
Reforma
En pésimas condiciones
Según los testimonios que publicó Reforma, los menores no cuentan ni siquiera con una cobija para pasar la noche en ese lugar y los alimentos que reciben dependen de la aerolínea en la que se transportaron. Además, a todos los migrantes retenidos se les sustrae el celular y tienen prohibido realizar llamadas telefónicas. A pesar de que pasar ahí como mínimo cuatro horas encerrados, el lugar no cuenta con la supervisión de alguna organización civil y el INM “opera con discrecionalidad, pues han detectado casos en los que son rechazadas personas que necesitan protección internacional”, como señaló al diario Ana Saiz, directora de Sin Fronteras.
“Fueron horas de estar muy firmes de que era algo injusto, que estábamos incomunicados, que se nos estaba privando de la libertad, y además a dos menores, era un secuestro y estábamos prácticamente desaparecidos ante nuestras familias y amigos. Los niños ya estaban llorando, estaban asustados, que por qué estaban ahí (…) Había muchas mujeres, llorando, muy impactante, porque en la gran mayoría sus esposos sí pasaron a México pero ellas no, y varias tenían a sus hijos, mujeres embarazadas”, contó Natalia Caruso a Reforma, una migrante retenida en el aeropuerto con sus niños de 5 y 10 años, quien asegura que en el lugar había por lo menos 50 personas detenidas.
Con información de Reforma
