De acuerdo con el Informe Mundial sobre las Drogas 2021 de la Organización de las Naciones Unidas, el crimen organizado en México suplantó funciones del Estado en el combate a la pandemia, “manteniendo a la población en el interior de sus casas, imponiendo toques de queda y cuarentenas, y prestando servicios básicos”.
La ONUDC prevé que los grupos criminales aprovecharán la crisis económica derivada de la contracción de nueve por ciento que presentó la economía de México en 2020 para aumentar su afiliación entre la población afectada por la pobreza.
“En México, donde hubo aproximadamente una contracción del 9% en la economía en 2020, la recesión económica podría resultar en que haya menos recursos disponibles para inversión pública en medios de vida alternativos, que podrían permitir que los grupos criminales capitalicen la situación y aumentar su afiliación”, se puede leer en dicho documento.
En América Latina y el Caribe, por ejemplo, algunos de los grupos del crimen organizado han llenado el vacío económico y político dejado por la pandemia de COVID-19 y lo han utilizado como una ventana de oportunidad para ejercer control social en comunidades a través de acciones de solidaridad y en lugar de la acostumbrada coacción violenta.
Ese enfoque de la solidaridad tiene como objetivo reforzar la legitimidad, el poder y capital social de esos grupos.
Mercado de drogas repunta
El Informe muestra también que, los mercados de drogas han reanudado rápidamente sus operaciones después de la disrupción inicial al comienzo de la pandemia; un repunte que ha desencadenado o acelerado ciertas dinámicas de tráfico ya existentes en el mercado mundial de la droga.
Entre estas dinámicas se encuentran: envíos cada vez mayores de drogas ilícitas; incremento en el uso de rutas terrestres y marítimas para el tráfico; mayor uso de aviones privados para el tráfico de drogas y un aumento de los métodos sin contacto para entregar las drogas a consumidores finales.
Menciona además que resiliencia de los mercados de la droga durante la pandemia ha demostrado una vez más la capacidad de los traficantes para adaptarse rápidamente a los cambios de contexto y circunstancias.
El informe ofrece un análisis de la situación global del problema, y destaca que durante la pandemia en 2020 se presentó una reducción general en el uso de la mayoría de las sustancias con excepción de la mariguana.
Por otra parte, alrededor de 275 millones de personas en todo el mundo utilizaron drogas durante el último año, mientras que más de 36 millones sufrieron trastornos por consumo de dichas sustancias.
