El hackeo a los servidores de la Secretaría de la Defensa (Sedena) realizado por el grupo Guacamaya reveló el funcionamiento y la estructura del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia (Cenfi) y los Centros Regionales de Fusión de Inteligencia (Cerfi).
¿Cómo funciona la estructura de inteligencia de Sedena?
Tras la filtración de miles de correos electrónicos de los servidores de Sedena, se reveló cómo operan los seis centros de fusión de inteligencia que existen en México: el Cenfi y los cinco Cerfi, su estructura, capacidades y la entrega de información a las dependencias de seguridad del país para sus operaciones contra los grupos delictivos.
De acuerdo con los archivos hallados en los correos, que contienen tarjetas informativas, oficios, diapositivas y hojas de cálculo, los Cerfis monitorean a las organizaciones criminales y a los funcionarios involucrados en actos de corrupción o coludidos con grupos criminales, además de registrar delitos contra Sedena y dar seguimiento a la desaparición de militares. Esta información se comparte con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Fiscalía General de la República (FGR) y el Ejército.
En los cerfis hay 164 elementos de Sedena, que ocupan cargos como la dirección de algunos de estos centros, además de ser jefes de área, oficiales y elementos de tropa. El Cerfi centro, con sede en Iguala, está a cargo de monitorear las acciones de los grupos delictivos en siete entidades: Guerrero, Estado de México, Morelos, Querétaro, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo y destaca su seguimiento a La Familia Michoacana. Por su parte, el Cerfi noreste, de Apodaca, monitorea Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, San Luis Potosí y Durango.
El Cerfi noroeste tiene su sede en Mazatlán, y rastrea y difunde información de Sinaloa, Chihuahua, Sonora, Baja California y Baja California Sur. El Cerfi occidente, cuya sede está en Manzanillo, monitorea Colima, Jalisco y Michoacán, mientras que el del sureste, que se encuentra en Coatzacoalcos, está encargado de Veracruz, Oaxaca y la península de Yucatán.
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Decenas de informes, minutas y reportes de llamadas
Todos los días, los Cerfis producen mucha información. A nivel institucional mantienen un registro minucioso de las entradas y salidas del personal, faltas o bajas por enfermedad, e incluso de los correctivos disciplinarios y sus registros de vacunación contra COVID-19.
Además, como resultado del monitoreo de las entidades que les corresponden, integran minutas de reuniones, sobre todo de los directivos de cada centro regional, así como de los batallones, zonas o regiones militares. Elaboran documentos titulados diagnóstico, blancos, propuestas de blancos, resultados o resúmenes, en los cuales registran es estatus delictivo de las zonas de interés. De igual forma realizan la intervención de líneas telefónicas, mismas que registran en hojas de cálculo, con todas las llamadas o mensajes del número o los números rastreados. Los informes de los Cerfis contienen información muy relevante, como las redes de robo de combustible, en Tabasco, otros con personas, o el caso de un policía estatal de Jalisco acusado de vender armas de uso exclusivo del Ejército.
Con información de El País