No les dejan otra opción, los jóvenes se han vuelto cómplices de los grupos criminales a cambio de no morir.
O la cárcel o la tumba
Tierra Caliente es de las zonas con mayor hostilidad entre grupos delictivos, los habitantes viven con miedo de ser víctimas del fuego cruzado o ser capturados para trabajar a la fuerza en sus organizaciones.
Este es el caso de jóvenes y adolescentes que se han visto obligados a punta de pistola a ser parte de actividades ilícitas, en este caso como “halcones”. Por un pago ínfimo, se les otorga un celular y motocicleta para informar a los líderes narcotraficantes la presencia de policías y militares.
AJ, Bryan, Felipe y José compartieron sus experiencias trabajando para criminales relacionados al Cártel Jalisco Nueva Generación. En su relato dado a Imagen Televisión, narran la dura vida que llevan.
Primero trabajaba en los mangos con mi jefe; y ya después nos forzaron a trabajar en la mañana ahí con los de Zicuirán -¿cómo trabajaba? ¿Qué hacía con ellos?- Ayudar a cuidar el Gobierno que entraba y salía.”
Bryan
Bryan cuenta que informaba a un tal Herrera, comandante de Lombardía, un grupo de Zicuirán. Estos a su vez tienen otros jefes y así sucesivamente, dando cuenta de la intrincada red en la que ellos a su corta edad, participan.
Herrera nos mandó a quemar carros a la pista el día de los bloqueos; a incendiarlos a aventarles bombas molotov…”
Felipe, 21 años
Los jóvenes expresan su rechazo de regresar a Lombardía, sin embargo, saben que pueden dar con ellos y matarlos.
Ya no vive uno a gusto porque si regresa uno a donde uno es, lo matan. Y uno sigue así también lo matan…”
José de Jesús
La mayoría de quienes mueren en el fuego cruzado de los grupos armados, son jóvenes como AJ, Bryan, Felipe y José de Jesús, entre los 18 y 25 años de edad.
Con información de Excelsior, Imagen Televisión.
