Más de 35,000 migrantes varados en Tapachula, Chiapas, viven hacinados en el Parque Central con la esperanza de obtener la condición de refugiados o una visa humanitaria.
Un campamentos de migrantes
Hoy en día, hay más de 35 mil migrantes varados en Tapachula, Chiapas, ciudad que colinda con Guatemala. En medio de la más absoluta pobreza, hombres, mujeres y niños viven desde hace meses hacinados en el Parque Central, sin dejar a un lado la esperanza de llegar a Estados Unidos para obtener la condición de refugiados o una visa humanitaria.
El Parque Central de esta zona fronteriza ahora luce como un campamento de migrantes centroamericanos que han llegado con las caravanas, quienes ya no logran encontrar un espacio en los albergues y han convertido esta plaza en su hogar. Ahí sobreviven, sin dinero ni empleo, a expensas de la caridad y de algún envío de dinero de familiares o amigos. Ahí comen, duermen, se bañan y lavan su ropa, en espera de que pronto el Instituto Nacional de Migración les entregue las tarjetas de ayuda por razones humanitarias.
“Las aceras de esta ciudad, la más grande de toda la frontera que divide México de Guatemala, sus bancos de hormigón y asfalto que hierve, son los barrotes de una cárcel a cielo abierto. Un rincón pobre del México miserable donde decenas de miles de migrantes llegan como pueden y salen deportados en un autobús”, relata Elena Reina en el artículo titulado “El laberinto de Tapachula, una cárcel a cielo abierto en la frontera sur”, publicado en El País.
Podrían llegar hasta 120 mil migrantes este año.
Su presencia ha generado desde hace un par de años malestar en organizaciones de comerciantes y representantes del turismo, quienes han solicitado en reiteradas ocasiones a las autoridades municipales que los retiren del lugar. El argumento es siempre el mismo: su presencia produce condiciones antihigiénicas para el lugar y se han convertido en una competencia, pues también se dedican a la venta de productos para poder subsistir, lo que ha afectado el turismo, con un fuerte impacto en sus ganancias. No obstante, se espera que este año sean hasta 120 mil los migrantes que lleguen a territorio mexicano por Tapachula, una cifra mucho mayor a la registrada en 2019, cuando llegaron a nuestro país 70,400 personas centroamericanas, con el objetivo siempre fijo de llegar a los Estados Unidos y buscar ahí un mejor futuro para ellos y para su familia.
“Por la noche, las calles del centro de Tapachula son de los haitianos. La calle 12, detrás del parque central, es un hormiguero de gente que vende lo que sea: sopa, calcetines, zapatillas, trenzas, chicles, más plátanos, barberías improvisadas en mitad de la banqueta. El humo de las ollas se mezcla en el ambiente con el de una decena de coches y furgonetas atascadas que no pueden circular. Y entre los vehículos, más y más gente que ha convertido una calle principal en un mercado de supervivencia”, narra Elena Reina.
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Con información de El País y Noticieros Televisa.