El acelerado proceso de militarización durante el gobierno de López Obrador tiene como antecedente la enorme contradicción de su discurso y postura como candidato presidencial: mientras que antes pedía regresar a los soldados a sus cuarteles, hoy apuesta por dejar en sus manos la seguridad pública del país.
Hacia una militarización de izquierda
El proceso de militarización impulsado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador deja muy atrás todo lo que postulaba como candidato presidencial: regresar a las tropas a sus cuarteles y no dejar en manos de los militares las tareas de seguridad pública, algo contra lo que se pronunció en incontables ocasiones, dada su otrora ideología “de izquierda”.
Una vez como presidente, las decisiones fueron totalmente contrarias a sus promesas de campaña: creó la Guardia Nacional con elementos de formación militar, ha dado un enorme poder a las Fuerzas Armadas en muchos rubros y ahora está a punto de conseguir que la GN esté bajo control total del Ejército, en lo que parece a todas luces algo que nunca se había vivido anteriormente en el país: una militarización de izquierda.
“El proyecto de izquierda de López Obrador recoge mucho de lo que era antes juzgado de derecha en México. El presidente le ha dado un poder enorme al Ejército. Ha ordenado reprimir a los migrantes ilegales que huyen de la pobreza y la violencia de Centroamérica. Les ha quitado las guarderías a las madres que trabajan y les ha arrebatado el seguro popular a los más pobres”, apunta Carlos Tello Díaz.
Un discurso alejado de la realidad
“López Obrador es un presidente de izquierda por su discurso, sobre todo, no por su política”, señala Tello, quien asegura que lo anterior hace a López Obrador “parecido a otros dirigentes de la izquierda no democrática en América Latina”, como Fidel Castro, quien, en la década de los noventa dio concesiones a empresarios (entre los que había aristócratas y delincuentes) para invertir en varios sectores de la economía cubana, como el azúcar, el tabaco, el níquel, el turismo y el sector energético. Estas medidas, como apunta Tello, “eran similares a las que la izquierda condenaba en sus países: alza de precios, aumento de tarifas, reducción de subsidios, cierre de fábricas y cese de trabajadores. Pero eso jamás hizo que el régimen que las promovía dejara de ser de izquierda”.
“La seguridad y la justicia son dos problemáticas que están muy lejos de resolverse. México atraviesa por una crisis profunda cuya salida debería ser un nuevo pacto social, pero con la 4T estamos cada día más polarizados. El futuro inmediato será cada día más complicado, el aumento en la militarización del país y el castigo automático serán un legado de AMLO”, señala Alberto Aziz Nassif en su artículo “Militarización y castigo automático”, publicado en el diario El Universal.
Con información de Milenio y El Universal
