Estados Unidos y México están viviendo una crisis de fentanilo, una droga hasta 100 veces más potente que la morfina que es producida y trasladada por cárteles mexicanos y ocasiona al menos una muerte diaria en los consumidores de EUA.
Estados Unidos vive una crisis de drogadicción por el fentanilo. Los opioides sintéticos, entre los que se encuentra el fentanilo, son las drogas más asociadas a las muertes por sobredosis en ese país y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América ha denunciado que son el Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) los que producen de forma masiva esta sustancia, la cual produce al menos una muerte diaria en aquel país. Anne Milgram, titular de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ha señalado que se trata de un problema nacional y asegura que la labor de la DEA combatir las redes criminales que invaden a Estados Unidos, por lo que del 3 de agosto al 28 de septiembre llevaron a cabo 810 arrestos, en los que se aseguraron 158 armas de fuego y se incautaron 1.8 millones de píldoras de fentanilo.
“En ocho semanas, la DEA y otras instituciones han incautado suficientes píldoras contaminadas con fentanilo para matar a 700,000 estadounidenses (…) Casi diario me enteré de una muerte por sobredosis vinculada al fentanilo, casi siempre de una pastilla falsificada y mortal”, señaló la funcionaria en una conferencia de prensa de septiembre.
Por su parte, según las cifras del Informe de Seguridad que presentaron esta semana la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Mariana (Semar), la Guardia Nacional (GC) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), México rompió récord de decomiso de fentanilo en lo que va del año, pues ha logrado incautar 1,593 kilogramos (tonelada y media). La cifra supera los 1,301 kilos decomisados en 2020, así como los 222 kilogramos que se incautaron en 2019.
El fentanilo es opioide sintético muy fuerte que se parece mucho a la morfina, pero cuya potencia es entre 50 y 100 veces mayor. Actualmente es Suele recetarse a pacientes con dolores intensos tras una operación quirúrgica o a aquellos con dolor crónico que ya tienen una tolerancia física a otros opioides. En una receta médica, el fentanilo se administrarse con una inyección, como un parche o en forma de pastilla. Sin embargo, el fentanilo que se consume de manera ilegal se vende por lo general “en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales o en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados”, de acuerdo con información del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas estadounidense (NIDA, por sus siglas en inglés).
“Algunos comerciantes de drogas mezclan el fentanilo con otras drogas como heroína, cocaína, metanfetamina y MDMA. Lo hacen porque una cantidad muy pequeña de fentanilo causa un colocón o high, lo que lo convierte en una opción más económica. Esto es especialmente riesgoso cuando las personas que consumen drogas no saben que la sustancia que están consumiendo puede contener fentanilo como un agregado de poco costo, pero peligroso”.
El fentanilo llega a las áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Y sus principales efectos son felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar y pérdida del conocimiento. Es una sustancia que genera adicción rápidamente, ya que conforme más se utiliza, “su sensibilidad disminuye, lo que hace que resulte difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga”, explica el NIDA.
Recientemente se dio a conocer un esbozo de las rutas por las cuales el crimen organizado podría estar transportando el fentanilo hacia los Estados Unidos, con base en la investigación “Fentanilo en México: confiscación de cargamentos 2017-2019”, del académico Josué Ángel González Torres de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El análisis se basa en 220 decomisos de fentanilo realizados en el país entre enero de 2017 y agosto de 2019, los cuales se concentraron en 15 entidades federativas y 42 municipios del país.
“Cinco estados concentraron 88.95 por ciento de las incautaciones: Baja California con 78 (35.45 por ciento), Sonora con 55 (25 por ciento), Ciudad de México con 27 (12.27 por ciento), Sinaloa con 24 (10.91 por ciento) y Baja California Sur con 13 (5.91 por ciento)”, señala el documento.
1) Ruta del Pacífico, que partiría de los puertos de Lázaro Cárdenas (Michoacán), Manzanillo (Colima) o Puerto Vallarta (Jalisco), pasando por Sinaloa hacia la frontera.
2) Ruta Península, que incluiría rutas de Asia, conectadas vía marítima o aérea, además del transporte de fentanilo los puertos de Puerto Vallarta (Jalisco) o Mazatlán (Sinaloa) hacia Baja California Sur, y luego vía terrestre hacia la frontera con los Estados Unidos.
3) Ruta del centro (por definir). Aunque no hay suficiente información para reconstruirla, esta ruta podría conectar la Ciudad de México, Querétaro, San Luis Potosí, Nuevo León y Coahuila.
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Con información del National Institute on Drug Abuse, Contralínea e Infobae
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