Al gobierno federal le urgía que se aprobara el nuevo TLC en el Congreso de Estados Unidos. Estaba urgido de una buena señal económica después de tantas malas que se habían acumulado y ya apuntaban a que no habría crecimiento sino decrecimiento del PIB. Era diciembre de 2019.
Sabedor de que tendría que ceder en terrenos que no iban a gustar, el subsecretario de América del Norte, Jesús Seade (quien en los últimos meses ha pasado más tiempo en China que en Estados Unidos, pero ese es otro tema), cortó la comunicación con los empresarios mexicanos, se desprendió del amplísimo grupo de asesores y expertos que apuntalaban la negociación, y se encerró en lo oscurito con los americanos para llegar a un acuerdo. Sucedió lo esperable: llegó a un acuerdo, logró que se aprobara en el Congreso el TMEC, pero cedió mucho.
Yo soy de los que piensan que es mejor tener tratado que no tenerlo, pero también me pareció condenable que el gobierno mintiera sobre lo que México cedió a cambio de la aprobación, pero ese es otro tema).
Obviamente, al hacer el anuncio público de que se había logrado amarrar la aprobación del nuevo tratado, el subsecretario Seade quiso esconder lo que había cedido para lograrlo.
Pero quizá lo más grave que se escondió, es que, en papel y con firma, se dejó abierta la puerta a que Estados Unidos realice una estrategia masiva de juicios laborales contra México que están estructuralmente diseñados para que las empresas americanas los usen para obtener ventajas sobre las nuestras.
Según fuentes involucradas en la negociación, antes incluso de que brotara la crisis del coronavirus, el gobierno de Estados Unidos alistaba una ráfaga de juicios para sacar ventaja comercial sobre México. La preocupación ahora es que con la necesidad que tiene la Casa Blanca de reactivar su economía, esa estrategia se impulse aún más y ponga de rodillas a México, complicando su salida de una crisis económica cuyo prólogo es manufactura del presidente López Obrador y cuyo contenido central se llama coronavirus.
Durante los años de renegociación del TLC, trabajaron de la mano el sector privado y el gobierno (lo mismo en tiempos de Peña Nieto que de AMLO) para enfrentar a Estados Unidos. Esa colaboración que tanto sirvió a inicios del actual sexenio, está fisurada: el aeropuerto, los gasoductos, la expulsión del empresariado de la renegociación comercial, la rifa del avión, el manejo de Pemex, los otros datos, Constellation… el tono se ha ido endureciendo.
SACIAMORBOS
Que el presidente mande a casa con goce de sueldo a los mayores de 65 años es una medida en la dirección correcta para contrarrestar el virus, según coinciden todos los expertos tanto en salud como en economía. Ambos grupos de especialistas también coinciden en que no es suficiente: se necesita más aislamiento y más dinero a la gente que no tiene cómo hacer home-office.