“Es necesario divertirse con algo que no haga daño”, dijo Chespirito. Sabio consejo que, por desgracia, nuestro presidente no ha querido hacer suyo. Y es que pasar un buen rato denunciando en las mañaneras los planes —reales o inventados, pero de ninguna manera ilegales— de la oposición, no es lo más sano en un país como México. Eso, en una nación polarizada como la nuestra, solo presagia aún más encono social.
Andrés Manuel López Obrador evidentemente se equivocó al dar a conocer el documento del ya muy famoso BOA, según el cual numerosas organizaciones y personalidades políticas y mediáticas conspiran para derrotar a Morena en 2021 y para darle un revés al propio presidente en 2022.
Se equivocó, no hay la menor duda, porque el documento parece cosa de principiantes que se divirtieron elaborándolo y difundiéndolo. Personas, por cierto, que juegan con fuego y que están a punto de contribuir a complicar la política nacional tan echada a perder por culpa de todos los actores de todos los institutos políticos sin excepción.
Se equivocó Andrés Manuel al difundir el Bloque Opositor Amplio (BOA) porque, si fuera cierto, no sería ilegal; y, si fuera falso, no tendría el primer mandatario por qué promover noticias falsas.
Y se equivocó el presidente López Obrador con lo anterior porque unificó en su contra a una opinión pública que necesitaba motivos para divertirse y los encontró en el hecho de que el BOA, que dio a conocer el tabasqueño, es también una popularísima canción interpretada por la Sonora Santanera.
Necesitamos a un Andrés Manuel López Obrador serio. Es la exigencia de toda una sociedad harta de los pasados gobernantes: Enrique Peña Nieto, botana nacional por sus frecuentes metidas de pata; Felipe Calderón, todo un Borolas vestido con traje de militar tres tallas más grande; y Vicente Fox, el pésimo comediante que todavía no sabemos cómo es que llegó a la Presidencia. Nos merecemos más.
Ya lo de menos es si coincidimos o no con la ideología de izquierda del primer mandatario; lo que nos urge es que se comporte a la altura de su investidura. ¿Divertirse con la oposición? Por favor, señor presidente: eso no se hace, no en una democracia; no con un documento golpista mal hecho; no con una grotesca versión de la Sonora Santanera.
Urge que AMLO se comporte a la altura de lo que exigen las circunstancias. La situación es gravísima: ayer otros 700 muertos por el COVID, ya alcanzando un número aterrador de fallecimientos. Y viene lo peor de la recesión económica que dejará a millones en el desempleo.
Solo un gobernante prudente, bien portado, capaz de actuar con absoluta seriedad podrá encabezar el esfuerzo gigantesco que se necesitará para sacar adelante a México en la peor crisis de su historia. Ojalá Andrés Manuel lo entienda, se deje de juegos que no son inofensivos y recupere la serenidad y el aplomo que el país necesita.
¿Le hace falta algo de diversión? En su casa, con su hijo menor, podrá disfrutarla. Claro que deben tener una excelente relación y por supuesto sabrán reírse un buen rato a solas, sin que la nación se entere y, sobre todo, sin dividir todavía más a una sociedad que sin unidad no superará los graves problemas que enfrenta.