El profesor emérito de la UNAM Sergio García Ramírez describe que el golpe vino de una “mañanera” para hacerla reforma constitucional y abatir los órganos autónomos
“La dictadura avanza, señores. A paso de ganso, como en la antigua Prusia o en la vieja Italia. Va de nuevo, señores, la intención de abatir los órganos constitucionales autónomos, que oponen cierto freno a la concentración del poder”, asegura Sergio García Ramírez, investigador emérito de la UNAM.
En una columna de opinión en el periódico de El Universal el doctor en derecho penal relata en “el golpe provino de una mañanera y se formalizará en una propuesta de reforma constitucional. ¡Vaya reforma, que utiliza el cauce de la Constitución para mellar los valores constitucionales!”
El jefe del Estado anunció el propósito de revisar la existencia de algunos órganos autónomos.
Supongo que este rediseño fue producto de un desvelo laborioso. Los autores del nuevo mapa de la Administración Pública miraron al pasado para formular el futuro. Suele ocurrir en las elucubraciones de un designio conservador que se dice liberal.
Lo que se ha olvidado (o quizás lo que más se ha recordado) en esta refundación de México es que los órganos autónomos fueron concebidos para evitar los excesos y desvíos del poder central, regular con ciencia y prudencia sectores básicos de la nación, controlar el buen despacho de funciones públicas, impulsar el desarrollo democrático y resistir tentaciones dictatoriales.
Es necesario recordarlo, no sea que el olvido y el silencio faciliten el curso de los vientos dictatoriales que se ciernen sobre México. Rescatemos la memoria como remedio contra el olvido y elevemos la palabra como recurso contra el silencio. Si no lo hacemos…..