El inconcebible silencio de la Cuarta Transformación frente a los temas que menosprecia o le incomodan no deja de sorprender e indignar.
La crisis en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es uno de ellos. A casi 30 años de existencia, hoy agoniza.
La ilegal y fraudulenta imposición —desde Palacio Nacional— de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH, la está matando.
Hoy sobrevive sin credibilidad, ni autoridad. En cuatro meses, seis de los 10 miembros honorarios de su Consejo Consultivo han renunciado por la misma razón: no aprueban, ni avalan, la actuación de la presidenta.
De hecho, la gestión de Piedra Ibarra al frente de la CNDH está violando la ley que le obliga a tener 10 miembros honorarios del Consejo Consultivo y no seis. Pero hay más violaciones legales.
Rosario Piedra no ha nombrado a los nuevos visitadores de la Comisión. Tampoco ha convocado a las reuniones bimestrales del Comité Técnico del Mecanismo Nacional para la Prevención de la Tortura. No ha definido una estrategia para la prevención y erradicación de la tortura.
Sin tener facultades legales, hizo público un extrañamiento a Michael Chamberlain Ruiz como miembro del Consejo Consultivo, sin darle previo derecho de audiencia y defensa, lo que constituye una violación a sus derechos humanos.
El destacadísimo doctor en Derecho, profesor, investigador y miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, excomisionado y expresidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, José de Jesús Orozco Henríquez, presentó la renuncia más reciente.
Su carta de renuncia y las 14 hojas que contienen tres anexos, son demoledoras.
“La gestión de la Mtra. María del Rosario Piedra Ibarra como titular de la propia CNDH se ha caracterizado por: 1) obstrucción a las atribuciones del Consejo Consultivo; 2) desapego e inobservancia del marco legal aplicable, y 3) lo más grave, omisiones que se han traducido en que la CNDH no cumpla cabalmente con la misión constitucional de protección a los derechos humanos de las víctimas”.
El Consejo Consultivo, agrega, no aprobó la forma ni la elección de John Ackerman y Sara Lovera para integrar el Comité Técnico que calificará a los aspirantes a Consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE).
En noviembre del año pasado, renunciaron al Consejo Consultivo María Ampudia González, Mariclaire Acosta Urquidi, María Olga Noriega Sáenz, Angélica Cuellar Vázquez y Alberto Athié Gallo. Todos por la imposición de Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
A pesar de todo lo anterior, nadie, absolutamente te nadie ha dicho algo sobre lo que ocurre en la CNDH.
Ni el Presidente, ni el Senado, ni la oposición. Está claro, clarísimo, que la CNDH podría estar viviendo sus últimos días en la 4T, al menos como la conocemos.