Movilidad social: ¿se puede mejorar la posición económica en México?

movilidad social en México

En México hay muy poca movilidad social y aquellas personas que nacen en la pobreza difícilmente podrán salir de esta condición en toda su vida.

¿Qué es la movilidad social?

En México, las personas que nacen en la pobreza tienen muy pocas posibilidades de salir de esta condición en su edad adulta y, más allá de brindar estabilidad y oportunidades de desarrollo a la población, la 4T llama “aspiracionistas” a quienes se esfuerzan por vivir en condiciones de mayor bienestar.

La movilidad social se presenta cuando las personas tienen oportunidades para cambiar la condición socioeconómica en la que nacieron: mientras mayor igualdad de oportunidades exista para los miembros de una misma sociedad, mayor será su movilidad social. De esta forma, este indicador suele reflejar el incremento (o retroceso) de dimensiones económicas y sociales, como la riqueza, la educación, la salud y el trabajo, que ha tenido una persona respecto de su condición de origen.

En México, de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), cumplir el sueño de poder alcanzar un mejor nivel de vida que los padres al llegar a la edad adulta es muy difícil para tres cuartas partes de la población: “74 de cada 100 personas que nacen en los hogares más pobres no logran superar la condición de pobreza en su vida adulta”. Asimismo, el CEEY apunta que las diez barreras que más impiden la movilidad social en el país son:

  1. Ser mujer
  2. Tener tono oscuro de piel
  3. Nacer y crecer en la región sur de México
  4. Crecer en un hogar de bajo nivel socioeconómico
  5. Tener padres con bajo nivel educativo
  6. Que su padre haya trabajado en el sector informal
  7. Haber sido trabajador infantil
  8. Haber cursado la educación primaria pública vespertina
  9. Que su primer trabajo fuera en el sector informal
  10. No tener acceso a servicios de cuidado infantil

¿Se puede o no se puede avanzar en México? ¿Es “aspiracionista”?

Recientemente, la analista Denise Dresser publicó un tuit sobre las adversidades que sufrió desde su niñez para ponerse como ejemplo de movilidad social y cuestionar a la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador al asegurar que “ahora nos quieren hacer creer que eso es imposible y que seguro hay algo sucio es esas historias de movilidad”.

“Mi padre murió en un accidente automovilístico cuando yo tenía 7 años. Mi madre quedó herida y cuando se recuperó, nos sacó adelante cómo secretaria bilingüe. No había ido a la universidad pero sabía taquimecanografía y hablar inglés. Siempre fui becada, y así logré estudiar una licenciatura, una maestría, y un doctorado. Pero ahora nos quieren hacer creer que eso es imposible y que seguro hay algo sucio es esas historias de movilidad”, escribió Dresser.

La publicación tuvo como respuesta muestras de apoyo y relatos de otros internautas contando sus historias de superación, pero también fue cuestionada debido a que el nivel de desventaja en el que se encontraba la familia de Dresser no era comparable con el de un hogar en situación de pobreza o pobreza extrema.

“Oye, Denise, ¿cómo es que tu mamá sabía taquimecanografía e inglés? No es sospechoso, pero me sorprende que no notes que eso (y el apellido de tu padre) son privilegios. Si tu mamá hubiese tenido otros conocimientos y otro apellido heredado, la historia sería distinta”, le replicó la usuaria Láurel Miranda.

Como señala el CEEY, “sin igualdad de oportunidades no importa cuán grandes sean los esfuerzos de quienes nacen en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejora serán limitadas”. Por eso, en las sociedades de primer mundo lo que se busca impulsar, más allá de programas sociales con recursos que sirven solamente como paliativos para la pobreza, es la construcción de naciones con economías fuertes y desarrollo social e igualdad de oportunidades para que existan condiciones de mayor movilidad social, “lo cual se traduce en mayor desarrollo y beneficios para todos, tanto de la generación actual como de las futuras”. 

“Añado. No soy partidaria del ‘echeleganismo’, ni atribuyo el ascenso social necesariamente al mérito. Soy producto de la movilidad social que existía en el México de los 60 y 70, hoy cancelada. Actualmente hay factores estructurales que impiden esa movilidad, y las historias de ascenso suelen ser la excepción, no la regla.

Cuento mi historia en reacción a un presidente que romantiza la pobreza, crítica el aspiracionismo, desacredita el deseo de crecer/mejorar/ensanchar las clases medias y equipara el éxito con la corrupción. Pero aún peor: AMLO niega la responsabilidad del Estado en crear trampolines para la movilidad social, y la sustituye con paliativos para la pobreza“, aclaró la analista en su red social.

En este sentido, el CEEY asegura que, para lograr mayor movilidad social, el Estado mexicano debe ampliar e igualar las oportunidades de desarrollo y diseñar una política pública que libere el potencial de toda la población.

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Con información de Expansión

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