¿Niños japoneses van solos a la escuela? Japón inculca independencia desde temprana edad

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Mucho se habla de la dedicación, responsabilidad y disciplina que tienen las personas en Japón y para nada es un secreto que estos hábitos comienzan a inculcarse desde los primeros años de vida. Por ello es común preguntarse ¿la vida escolar para los pequeños en Japón es como la pintan las películas?

En Japón, ¿los niños van solos a la escuela?

Japón es conocido por ser uno de los países más seguros del mundo, con bajas tasas de delitos como asesinatos, robos y violaciones. Aunque Japón no está completamente libre de actos ilegales, es poco común que los turistas o residentes se sientan inseguros allí.

Uno de los factores que contribuyen a esta seguridad es la práctica de permitir que los niños vayan y vengan solos de la escuela desde los 6 años de edad. Aunque pueda parecer extremo, esto se traduce en algunos beneficios para su sociedad.

De acuerdo con el portal Suki Desu, los padres japoneses educan a sus hijos para que sean independientes y les enseñan las habilidades necesarias para sobrevivir por sí mismos. Creen que esto preparará a los niños para enfrentar el mundo solos.

Con ello, los niños japoneses desarrollan conciencia e independencia desde una edad temprana.

Cuando los niños ingresan a la escuela primaria a los 6 o 7 años, caminan en grupos pequeños de máximo 8 niños. No son acompañados en coche por sus padres, independientemente del clima. Siempre hay un adulto voluntario en las intersecciones más transitadas para ayudar y guiar a los niños a cruzar las calles.

El propósito de esta tradición es preparar a los niños para caminar solos y aprender las reglas de tránsito, al tiempo que asegura que los conductores sean cautelosos y reduzcan la velocidad durante los horarios escolares.

¿Qué aprenden en la escuela?

Dentro de la escuela, los niños aprenden habilidades prácticas como cocinar y coser, y también se les asigna la responsabilidad de limpiar diferentes áreas de la escuela.

Cada grupo de estudiantes se encarga de un sector específico, como el aula, los baños, los pasillos, la sala de actividades, el cuidado del huerto y los viveros de animales, entre otros.

Independencia de los niños trae beneficios a su sociedad

Los beneficios de permitir que los niños vayan solos a la escuela son diversos e importantes para Japón. Promueve la responsabilidad en los niños, los prepara para ser adultos responsables y les enseña a navegar por las calles y cuidarse a sí mismos.

Además, esta práctica también tiene un impacto significativo en la economía del país. Los sistemas de transporte, como el metro, se benefician probablemente, ya que los niños que viajan solos contribuyen a llenar los trenes y mejoran la eficiencia del servicio. A diferencia de otros países donde el tráfico vehicular puede ser caótico debido a que los padres llevan a sus hijos en automóvil, en Japón muchos barrios y ciudades funcionan de manera más fluida gracias a la autonomía de los niños.

Esta práctica también fomenta la confianza en las personas que se encuentran en la calle. A los niños japoneses se les enseña a confiar en los demás con el lema de “No importa quién sea, esta persona me ayudará”.

¿Cuáles son los riesgos?

Sin embargo, es importante reconocer que no todo es perfecto y que existen riesgos asociados para permitir que los niños vayan solos a la escuela en Japón.

Uno de los peligros es que pueden estar expuestos a sufrir abuso, secuestro o incluso asesinato. En ocasiones, el acosador puede ser alguien cercano a la víctima.

Otro peligro mencionado es el fenómeno del lolicon, que se refiere a las personas que tienen un afecto o atracción hacia personajes de anime, especialmente aquellos que representan a niñas (lolis) o incluso a niños reales. Esto puede ser preocupante, ya que implica una fascinación inapropiada hacia menores de edad.

La posibilidad de que los niños se pierdan en el camino también es real. Aunque se menciona que los niños japoneses suelen ser valientes para preguntar a extraños, los padres sin duda se preocuparían si su hijo se extravía.

Además, existen otros peligros potenciales como accidentes.

Una realidad alejada de México

En México, culturalmente hablando, el hecho de que los niños asistan solos a la escuela es un acto impensable. La realidad del país, envuelta en un manto de inseguridad y criminalidad, hace esta hazaña una de las más peligrosas para la niñez mexicana.

Recientemente la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) señaló que durante el 2021 desaparecieron diariamente 14 niñas, niños y adolescentes en el país.

La organización alertó que desde que se tienen registro, 82 mil 328 personas de entre 0 y 17 años de edad, han sido reportadas como desaparecidas. Actualmente 1 de cada 5 continúan sin ser localizadas.

La REDIM expresó que si bien, hasta la fecha el 80% de las víctimas han sido localizadas, 710 menores de edad fueron hallados sin vida.

Además, en México, la asistencia a los más pequeños en muchas actividades suele ser un acto de cuidado por ser considerados un grupo vulnerable. De ahí viene el famosos “hazlo con la supervisión de un adulto”.

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Con información de Suki Desu.

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