El gabinete de seguridad del primer ministro Benjamin Netanyahu aprobó un cese del fuego unilateral para detener una operación militar de 11 días en la Franja de Gaza contra Hamas, el grupo islamista que gobierna Gaza y que ha lanzado miles de cohetes hacia Israel, informó el jueves la prensa israelí. La decisión se tomó después de una fuerte presión estadounidense para detener la ofensiva.
El anuncio ocurre luego de que Israel lanzó una oleada de ataques aéreos sobre la Franja de Gaza el jueves por la mañana, que mataron al menos a una mujer palestina y dejaron varios heridos.
El Ejército israelí dijo haber atacado al menos cuatro viviendas de comandantes de Hamas e “infraestructura militar”, así como un depósito de armas en la casa de un combatiente de Hamas en Ciudad de Gaza.
Tras centenares de muertos en los peores combates desde la guerra de 2014 entre Hamas e Israel, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo a Israel el miércoles que esperaba “una desescalada significativa en el camino a un cese el fuego”. Sin embargo, Netanyahu reiteró que estaba “decidido a continuar con esta operación hasta que se alcance su objetivo”. Es el primer desencuentro público entre los dos aliados desde el inicio de los combates y plantea una difícil prueba para la relación entre Estados Unidos e Israel bajo el nuevo gobierno en Washington.
Los combates entre Israel y Hamas comenzaron el 10 de mayo, cuando el grupo armado lanzó cohetes de largo alcance hacia Jerusalén tras días de enfrentamientos entre manifestantes palestinos y policía israelí en el complejo de la Mezquita de Al-Aqsa, un disputado lugar de culto venerado por judíos y musulmanes. Las agresivas tácticas policiales en el recinto, así como la amenaza de desahucio sobre docenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos, habían avivado las tensiones.
Desde entonces, Israel ha lanzado cientos de ataques aéreos que dice van dirigidos contra la infraestructura de Hamas, como su amplia red de túneles. Hamas y otros grupos armados con presencia en zonas residenciales han lanzado más de 4000 cohetes a ciudades israelíes, de los que cientos se quedaron cortos. La mayoría de los que lograron cruzar la frontera fueron interceptados o cayeron en espacios abiertos.
Al menos 230 palestinos han muerto, incluidos 65 niños y 39 mujeres, y 1.710 personas resultaron heridas, según el Ministerio gazatí de Salud, que no separa las cifras de civiles y combatientes. Hamas y el grupo Yihad Islámica dicen que al menos 20 de sus combatientes han muerto, mientras que Israel dice que el número es de al menos 130. Unos 58.000 palestinos han huido de sus hogares.
Doce personas han muerto en Israel, incluidos un niño de 5 años, una niña de 16 años y un soldado. Un misil antitanque disparado desde Gaza impactó el jueves contra un autobús vacío cerca de la frontera y causó heridas leves a un soldado israelí, según el Ejército.
La infraestructura de Gaza, ya debilitada por 14 años de bloqueo, se ha deteriorado con rapidez desde el inicio de los combates. Los suministros médicos, el agua y el combustible para producir electricidad escasean en el territorio, que vive bajo un bloqueo impuesto por Israel y Egipto desde que Hamas tomó el poder en 2007.
Los ataques israelíes han dañado al menos 18 hospitales y clínicas y destruido un centro médico, según la Organización Mundial de la Salud. Casi la mitad de los medicamentos esenciales se han acabado.
Con información de AP