Analista asegura que se realizaron acciones coordinadas con ayuda de bots y algoritmos para ampliar mensajes contra gobierno cubano.
Operación orquestada desde redes sociales
Julián Macías Tovar, analista de entornos digitales, compartió en un hilo de twiter sus impresiones y análisis sobre cómo desde plataformas de redes sociales se amplificó el llamado a la movilización contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel en Cuba.
De acuerdo con Macías Tovar, este ejercicio coordinado se desarrolló en tres fases. La primera, se ubica en la conversación de 2 millones de tweets que se agruparon en el hashtag #SOSCuba, mismo que tuvo su origen para solicitar ayuda humanitaria generando respuesta viral. Sin embargo, esta no se originó desde cuentas orgánicas de Cuba sino desde el exterior, concretamente en España con referencia a la crisis del Covid-19.
Primera fase
Este perfil automatizó publicaciones, 5 por segundo en promedio, para sumar entre el 10 y 11 de julio más de mil tweets. Además identificó más de mil 500 cuentas creadas durante el mismo lapso que interactuaron con el mismo hashtag, #SOSCuba. En este sentido, se coordinó una campaña que tuvo el objetivo primario de denunciar el colapso sanitario por los casos y muertes producto del Covid. Bajo este argumento se solicitó ayuda mediante cuentas faltas y automatizadas con mensajes que etiquetaban a artistas internacionales, ante la sensibilidad que genera el tema, logró colocarse como tendencia mundial.
Segunda fase
Trasladar la conversación digital a los espacios de comunicación tradicionales como televisión mediante notas que daban cuenta de la “crisis humanitaria”, a pesar que las cifras del país caribeño se ubican por encima de países que atraviesan situaciones de mayores dificultades en cuanto a contención de la pandemia.
Tercera fase
Luego de crear esta ola de reacciones e interacción orgánica, se hizo el llamado a la intervención para “liberar” al pueblo cubano, la narrativa giró en torno a incitar el caos con pocos manifestantes. Acción que se fortaleció con la difusión de noticias falsas como salida de ciudadanos cubanos de la isla e intentos de invasión. Además de engañar a la audiencia mediante fotografías, videos y testimonios de movimientos sociales en otros países para alimentar la percepción de revuelta contra la “dictadura”.
Con información de La Jornada.