Vacuna italiana contra COVID-19 muestra fuerte respuesta inmune y sin efectos secundarios graves

Italia podría producir su propia vacuna contra COVID-19, esto, luego de que la empresa biotecnológica ReiThera anunciara que su biológico experimental mostró una fuerte respuesta inmune y sin efectos secundarios importantes en los ensayos clínicos de su segunda fase.

En el estudio de fase II, que se llevó a cabo en 24 centros clínicos de Italia, participaron 917 voluntarios mayores de 18 años, el 25% de los cuales tenía más de 65 años y presentaba afecciones asociadas a un mayor riesgo de enfermedad grave en caso de infección por el SARS-CoV-2. 

Sin embargo, ReiThera necesita al menos 60 millones de euros (71 millones de dólares) para financiar los ensayos finales de fase III pero el mes de mayo pasado, un tribunal de cuentas estatal rechazó un plan para inyectar fondos públicos en la empresa.

ReiThera informó este lunes que dos comités asesores independientes habían recomendado que GRAd-COV2 pasara a los estudios de fase III, pero no facilitó información actualizada sobre la financiación.

La empresa ha mantenido conversaciones preliminares sobre la posibilidad de suministrar su vacuna a la Unión Europea, que busca diversificar los suministros e impulsar la producción de vacunas dentro del bloque.

“Nuestra candidata a vacuna ha confirmado su excelente seguridad y su buen perfil de inmunogenicidad en una cohorte amplia”, declaró el director médico de ReiThera, Roberto Camerini, quien añadió que la empresa espera poder iniciar los ensayos de fase III lo antes posible.

El pasado 6 de julio, el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón informó en conferencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador que se hará todo lo posible para que la tercera fase de este biológico se pueda hacer en México, así como la vacuna de origen francés Sanofi.

ReiThera Srl (anteriormente Okairos) fue fundada por un equipo experimentado que fue pionero en el desarrollo, fabricación y pruebas clínicas tempranas de vacunas adenovectorizadas de origen no humano para las principales enfermedades infecciosas como la hepatitis C, la malaria, el VIH, el virus respiratorio sincitial y el ébola.

Con información de Reuters

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