El periodista Salvador Camarena en su columna de hoy en El Financiero resumió en 590 palabras o, dos cuartillas, el gobierno que encabeza el morenista Andrés Manuel López Obrador.
En el argot periodístico, se podría decir que el texto completo del columnista es “pura paja”, y no por la aportación del comunicador, sino porque lo que hizo fue retratar los dos años de la presente administración y de las decisiones y políticas gubernamentales de quienes se autodenominaron “la cuarta transformación”.
Camarena desnuda las mentiras del Presidente. Hizo un recuento de su narrativa en las conferencias de prensa matutinas y comenzó por el avión presidencial que ha robado más reflectores que el padecimiento de medicinas de los niños con cáncer.
El periodista plasmó que “el avión presidencial no es avión: ni vuela ni transporta a nadie. Es un ornamento, un desperdicio, un símbolo (del exceso de ayer, del empecinamiento de hoy); en todo caso, no flota, pesa en el presupuesto”.
Asimismo, detalló que la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene una plaza de Subsecretario de América del Norte, pero quien la ocupa, Roberto Velasco Alvarez, “no es subsecretario de América del Norte: es un aviador… es un asesor de ocasión”.
Salvador Camarena va párrafo por párrafo y secretaría por secretaría detallando la ignominia de la realidad de quien contendió tres veces por la presidencia de la República y que en el momento crucial, se extravió.
“La secretaria de Gobernación (Olga Sánchez Cordero) no es la secretaria de la Gobernación, ni sirve más allá que para algunas fiestas cívicas”, expresó en su edición de este viernes 2 de octubre.
Manifestó que “el embajador ante la ONU (Juan Ramón de la Fuente) no es embajador ante la ONU: un diplomático de verdad habría renunciado por el discurso de YSQ destacando en la solemne Asamblea General al criminal Mussolini”.
“El secretario de Seguridad no es secretario de Seguridad (Alfonso Durazo), porque se ha declarado abiertamente precandidato al gobierno de Sonora, sin renunciar de inmediato”.
Asi, remata el coautor de “El presidente electo: instructivo para sobrevivir a Calderón y su gobierno”, remató diciendo que la consulta sobre procesar a los expresidentes es un arma propagandística del régimen.
“la Corte renunció a su capacidad de poder autónomo y con tal de no contradecir al señor presidente se inventaron un argumento huisachero: aceptamos la consulta que vulnera derechos, pero para tapar el ojo al macho ayudamos al ‘presi’ cambiando la redacción de la pregunta”, escribió.
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