#Especial: Andrés Manuel ataca a la prensa al estilo del régimen porfirista

El gobierno de izquierda asfixió financieramente a empresas periodísticas al retirarles publicidad oficial

Por @JorgedeLuna

Los embates a la prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez se agudizan desde que comenzó sus sexenio el pasado 1 de diciembre de 2018 y, aunque en ese discurso en la plancha del Zócalo frente a más de 160 mil personas manifestó que “no odiaba” y que tampoco se centraría en “el pasado”, parece ser lo contrario.

Ciudadanos, parece chiste, perece anécdota y es que las primeras muestras de odio ya se vieron contra los periodistas que se opusieron a que el tres veces candidato presidencial gobernara a México.

A pocas semanas de tomar la presidencia de la República, el habitante de Palacio Nacional ya distribuía en las “benditas redes sociales” la primera lista de comunicadores que se habían beneficiado en el sexenio priista de Enrique Peña Nieto.

El 24 de mayo de 2019, el gobierno divulgó los nombres de periodistas y sus empresas que obtuvieron contratos millonarios durante el gobierno saliente.

Luego que se difundiera la lista de periodistas y sus empresas que recibieron contratos millonarios durante el sexenio del priísta Enrique Peña Nieto, algunos de los señalados aseguraron que estos pagos están apegados a la ley, otros negaron haber recibido dinero, mientras unos más afirmaron que se tratan de infamias.

Los periodistas que ya estaban en la mira: Enrique Krauze, quien aseguró que se trata de una lista incompleta de pagos realizados entre 2013 y 2018, la cual califica de tendenciosa e infundada.

El mismo día del “golpe presidencial”, el intelectual en su cuenta de Twitter, se defendió:

Por su parte, el periodista Joaquín López Dóriga, señalado como quien más recursos recibió a través de cuatro empresas con un total de 251 millones 482 mil, aseguró que la lista “trata de callar la crítica con infamias”.

Para Raymundo Rivapalacio los pagos en el sexenio peñista “fueron contratos de publicidad que se ajustaron a los criterios establecidos, a la ley y se pagaron impuestos”.

El Hijo del Ahuizote sepultado por el régimen porfirista

Daniel Cabrera, fue fundador y dueño del semanario el Hijo del Ahuizote, quien es encarcelado por Porfirio Díaz, y como estaba enfermo es mantenido en el hospital militar, y no permiten que su medico lo medique y lo auxilie en su enfermedad y a consecuencia de ese encarcelamiento, sale paralizado de la mitad del cuerpo y se tiene que retirar, narra el caricaturista Rafael Barajas, El Fisgón.

Con el porfiriato, el periodismo crítico fue prácticamente sepultado y se inauguró la era del PAN, para quienes se sometieran al control gubernamental y PALO para los que pugnaran por la libertad de expresión.

“La leyes llegaron a ser tan salvajes, que incluso hay una crónica que se publicó en El hijo del Ahuizote, que se reproduce en uno de los edictos, en los cuales y en una de las órdenes de aprehensión, se manda a encarcelar al autor del artículo, director de la publicación, subdirector, colaboradores, caricaturistas, cajistas, se incautó a la imprenta y se encarceló a los voceadores”, contó “El Fisgón” en el documental “Prensa y Poder”.

En un ambiente de servilismo y complicidad se movió la prensa mexicana durante muchos años. Las relaciones perversas entre la prensa y el poder en México ha sido el modus operandi de la comunicación que contribuyó al mantenimiento de un sistema político.

Hugo Sánchez Gudiño, profesor investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, en su libro “Prensa y Poder”, retrata la prensa reaccionaria frente a un presidencialismo revolucionario.

“A los gobiernos revolucionarios del viejo régimen les interesaba tener buenos amigos en los círculos del ‘cuarto poder’, y a este le convenía la cercanía con el poder político”, escribió.

El presidente Andrés Manuel, tal vez quiere regresar a la época del porfiriato, en la cual había “encarcelamiento para los crítico del sistema”, y aunque en la actualidad, no hay prisión para periodistas, sí hay amenazas como la reciente amenaza contra el periodista Carlos Loret de Mola, quien ha sido uno de los más duros contra la administración morenista.

“Sus linchamientos verbales rebasan los límites del abuso de poder, publicó Luis Antonio Espino en la revista Letras Libres en su edición del 6 de marzo de 2019.

“Andrés Manuel y su gobierno están usando predominantemente técnicas de propaganda política, no de comunicación gubernamental. Mientras que esta última busca informar, brindar evidencia (datos), rendir cuentas y generar consensos sociales a favor de los planes de gobierno, la propaganda busca generar lealtad a una persona o partido usando el conflicto y el contraste mediante la activación de emociones, el manejo de símbolos y la polarización”, puntualizó.

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