La ruta del popodrilo y el cacaimán: de tu baño al golfo de México

drenaje

Después de ir al baño, solemos dejar de pensar en el destino final de los residuos; sin embargo, se trata un tema prioritario para el funcionamiento de las ciudades y la preservación del medio ambiente.

Gran infraestructura, pero insuficiente

Datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indican que la capacidad del drenaje de la capital y la zona metropolitana se ha vuelto insuficiente. “En la actualidad, la operación tiene 30% menos capacidad en comparación con 1975, año en que se construyó la última gran obra para el desagüe y la población ha continuado su crecimiento”, señala un artículo de la revista Chilango.

Para desalojar el agua de la Ciudad de México, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) requiere de una gran infraestructura, con 14 mil 600 kilómetros de tubería y un túnel de drenaje profundo de 168 kilómetros. Además, hay 99 plantas de bombeo y 111 plantas de bombeo en pasos a desnivel.

En su operación, se utiliza también una red compuesta por 17 presas de almacenamiento, 11 lagunas de regulación, 123.9 kilómetros de cauces a cielo abierto y 49.3 kilómetros de cauces entubados, según indica Sacmex.

¿Cuál es la “ruta del cacaimán”?

Las aguas residuales y pluviales de la Ciudad de México tienen diferentes destinos: una parte llega a plantas de tratamiento, donde se puede reutilizar de forma local en el riego de parques y jardines o para el uso industrial en el norte de la ciudad. Otra parte, que es solamente residual, desemboca en el Río Tula y llega al Golfo de México.

Desde la parte central de la CDMX a su descarga al Golfo, el líquido recorre poco más de 513 kilómetros de longitud y si hay un mal manejo, a su paso puede ir contaminando tierras, ríos y otras lagunas”.

Agustín Breña Puyol, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.

Según el reportaje, el agua residual pasa primero por una red secundaria, con tuberías de 45 centímetros de diámetro y una cobertura de 10 mil 237 kilómetros (92% de la CDMX). El flujo de desechos se conecta después con la red primaria, un drenaje combinado, donde se juntan con el agua de las lluvias. En este punto se trasladan por tuberías de 60 centímetros a cuatro metros de diámetro, con una longitud de más de dos mil kilómetros. Esta red primaria está compuesta por 128 sistemas colectores, de los cuales, 100 están en la CDMX y 28 en la zona metropolitana.

El gran reto de la basura

Esta enorme infraestructura se enfrenta cada día a un gran reto: la contaminación. De acuerdo con Sacmex, la basura es el principal problema que enfrenta el drenaje de la capital, ya que cada semana llegan mil 200 toneladas de basura a la red de drenaje.

Para limpiar los residuos en su camino, el Sistema de Aguas realiza cada año un desazolve en las presas con equipos mecánicos durante la temporada de lluvias. Además para evitar que se acumule más basura en el agua, se limpian las rejillas, atarjeas y coladeras de las vialidades primarias con equipos hidroneumáticos.

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Con información del Sistema de Aguas de la Ciudad de México y Chilango

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