Nuevamente la prensa internacional cimbra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al criticar el estado del país luego de las pasadas elecciones del 6 de julio, en las cuales hubo atentados contra candidatos, incluso algunos terminando en asesinatos.
Tal fue el caso de Alma Rosa Barragán, entonces candidata a la presidencia de Moroleón, Guanajuato, quien en un evento público fue asesinada a balazos. Por este suceso, el diario francés LeMonde, ha sido duro a través de un texto escrito por Frédéric Saliba, titulado “México bajo el creciente dominio de la mafiocracia”.
“Las elecciones de junio resultaron en una avalancha de delincuencia. Con el fin de garantizar la protección política de su tráfico de drogas, los cárteles de la droga han derramado sangre no solo para infiltrarse más en el estado, sino también para gobernar con él”, escribe Saliba.
“Para consolidar su dominio territorial, los cárteles presionan a los alcaldes, puesto que resultan los más fácilmente controlables”, comenta a Le Monde Eduardo Guerrero, director de Lantia Consultores.
Los actos de bandas criminales contra aspirantes y candidatos a cargos de elección popular, que fueron desde ataques a plena luz del día, secuestros o casas de campaña acribilladas a balazos, entre otros actos criminales, también fueron expuestos por Le Monde, el cual retomó datos de Integralia y Etellekt, donde se contabilizaron 239 agresiones físicas en 30 de los 32 estados del país.
AMLO comparado con Cantinflas por The Economist
La revista británica The Economist criticó de nuevo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador: este domingo, comparó al mandatario con Mario Moreno “Cantinflas”, por lo ambiguo de la pregunta que se realizará en la consulta popular contra expresidentes el próximo primero de agosto.
Según el diccionario de la Real Academia Española, el verbo “cantinflear” se refiere a “hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia”.
Por ello, en su más reciente editorial, la revista británica aseguró que el cuestionamiento que se formulará el 1 de agosto “pudo haber sido ideada por Cantinflas, un cómico que convirtió el gusto mexicano por el circunloquio en una forma de arte absurda”.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó la pregunta: “¿Estás de acuerdo en que se lleven a cabo acciones con apego al marco legal para esclarecer las decisiones políticas tomadas en el pasado por los actores políticos y garantizar la justicia y derechos de las posibles víctimas?”, a lo que The Economist llamó: “una parodia al Estado de derecho”.
The Economist alegó que López Obrador “ya no es invencible”, luego de los resultados en las pasadas elecciones cuando Morena perdió la mayoría calificada de la Cámara de Diputados y su partido perdió la hegemonía en Ciudad de México. La revista asegura que el mandatario sufre por el mal manejo de la pandemia, la recesión económica relacionada a la misma, así como “un crimen violento sin cesar”. Es por ello que, dijo, para distraer la atención de las fallas políticas “el presidente necesita todos los espectáculos de teatro político de Cantinflas que pueda reunir”.
AMLO vs la prensa: El País
Hace algunas semanas, tras el surgimiento del “Quién es quién en las mentiras”, la sección semanal de la conferencia matutina en la que Andrés Manuel López Obrador expone a los medios de comunicación que a su juicio han expresado falsedades contra su gobierno, el diario español El País aseguró que esto era una nueva arremetida contra la prensa.
“El formato aún está por concretar, pero tanto las maneras como el tono, ‘aquí los vamos a estar exponiendo’, recuerdan a la ofensiva contra la prensa de Rafael Correa. Durante su último mandato, el expresidente de Ecuador fue concentrando su espacio televisivo semanal, conocido como las sabatinas, cada vez más a desmentidos y ataques personales a periodistas, sobre todo, columnistas de opinión”, señaló dicho medio de comunicación.
“Con secciones fijas como La amargura o La cantinflada de la semana el patrón era recuperar una intervención de un periodista y pasarla una y otra vez para escarnio público. De fondo, una locución iba explicando la verdad oficial y poniendo en duda la profesionalidad del periodista. Solían aparecer también la foto del aludido, resaltada con un círculo rojo. Y para rematar, aparecía un sello estampado sobre el rostro del periodista: ‘mentira comprobada’ o ‘mala fe’”, se añade en el texto editorial.
