Gobierno deja caducar miles de medicamentos oncológicos; “es un genocidio”: Israel Rivas

Una crisis de salud pública que revela profundas fallas en el sistema de salud del Gobierno Federal

Por si fuera poco la ya de por sí prolongada crisis de desabasto de medicamentos en México, se ha descubierto que miles de piezas de medicamentos oncológicos destinados al Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC), así como a hospitales estatales y almacenes en Jalisco, han caducado o están próximos a caducar. Esta situación se atribuye a las ineficiencias en las compras y distribución por parte del Gobierno federal, exacerbando el ya crítico panorama de acceso a tratamientos esenciales para pacientes con cáncer.

La compra de los oncológicos se realizó a través de la empresa Avior, participando en las compras consolidadas del IMSS-Bienestar y, anteriormente, mediante el Insabi. Sin embargo, se reporta que estos medicamentos nunca llegaron a los pacientes que urgentemente los requerían. Los números son alarmantes: 177 mil 613 piezas de medicamentos, con 11 mil 656 piezas o cajas ya caducadas y otras 33 mil 891 con un margen de vida útil de uno a tres meses. Además, se señala que 22 mil piezas carecen de los registros sanitarios necesarios.

Esta crítica situación salió a la luz gracias a correos electrónicos intercambiados entre la empresa distribuidora Avior y la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), y de esta última al IMSS-Bienestar, fechados el pasado 30 de enero. Estos documentos evidencian no solo una falla logística sino también un grave problema de comunicación y coordinación entre las entidades responsables de garantizar la salud pública.

El Secretaría de Salud en Jalisco,  Fernando Petersen, denuncia que el Gobierno Federal le dio 27% medicamentos oncológicos caducados o por caducar. “Nosotros dijimos que no los íbamos a aceptar, no podemos aceptar medicamentos que vengan con esa caducidad, que no tengan la legalidad administrativa”, puntualizó.

“El tema no es querer aceptar o no, cumplir o no, tenemos que apegarnos a las normas de salud que no podemos dejar de atender”.

Fernando Petersen

Hasta el momento, el estado de Jalisco no ha recibido respuesta por parte del Gobierno Federal ni del IMSS Bienestar sobre las medicinas caducadas.

Voces de alarma y acusaciones de genocidio

El descubrimiento ha provocado indignación y desesperación entre pacientes, familiares y activistas, quienes ven en este hecho no solo una muestra de negligencia, sino una acción que roza lo criminal. Israel Rivas Bastidas, activista y líder del Movimiento Nacional por la Salud, no ha dudado en calificar la situación como un genocidio perpetrado por el Gobierno federal a través de la Secretaría de Salud. Su mensaje es un desgarrador recordatorio de las vidas perdidas y las esperanzas truncadas debido a la falta de acceso a tratamientos vitales.

Su papel trasciende el de un mero observador; Rivas Bastidas es un padre luchando por la vida de su hija y, por extensión, por la vida de miles de niños y adultos enfrentando el cáncer en México.

Rivas Bastidas señala que la crisis de salud, que ya suma cinco largos años, ha alcanzado un nuevo pico de tragedia con el descubrimiento de cientos de miles de dosis de quimioterapia caducadas en Jalisco. Este evento no solo refleja la persistente negligencia y falta de previsión del sistema de salud, sino que también subraya la indiferencia del Gobierno frente a la desesperación de los pacientes y sus familias.

El activista no duda en calificar la situación como un genocidio, responsabilizando directamente al Gobierno federal y, en particular, a figuras de alto rango dentro de la Secretaría de Salud. Sus palabras son un reflejo de la frustración y el dolor que sienten muchos mexicanos ante la pérdida de seres queridos y la lucha continua por acceder a tratamientos vitales. Rivas Bastidas enfatiza la ironía amarga de un sistema que, en nombre de la salud, ha permitido que ideologías y disputas internas comprometan la vida de inocentes.

La dedicación de Rivas Bastidas a esta causa es un llamado a la responsabilidad y la humanidad, instando a las autoridades a reconocer la gravedad de sus acciones (o la falta de ellas) y a tomar medidas inmediatas para rectificar esta tragedia. Su mensaje va dirigido especialmente a Hugo López-Gatell, ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, a quien critica por la gestión de la crisis sanitaria.

A pesar de enfrentar obstáculos y amenazas, Rivas Bastidas y el Movimiento Nacional por la Salud continúan movilizándose, utilizando todas las plataformas disponibles para sensibilizar al público y presionar a las autoridades por cambios significativos. La lucha de Rivas Bastidas es emblemática de la batalla más amplia por un sistema de salud que priorice el bienestar y la vida sobre la burocracia y la política.

La historia de Israel Rivas y su incansable esfuerzo por justicia en el sistema de salud de México es un poderoso recordatorio de la resistencia humana frente a la adversidad. Representa la voz de muchos que, en medio de la desesperación, encuentran la fuerza para luchar por lo que es justo. A medida que esta crisis se desarrolla, la determinación de Rivas Bastidas y de innumerables otros activistas y familias afectadas ofrece un rayo de esperanza en la búsqueda de un futuro donde el acceso a medicamentos vitales y el derecho a la salud sean una realidad para todos los mexicanos.

La caducidad de los medicamentos: una metáfora de un sistema en crisis

La caducidad de estos medicamentos oncológicos se convierte en una metáfora de un sistema de salud pública en crisis, donde la burocracia y la mala gestión tienen consecuencias mortales. La situación en Jalisco es un reflejo de un problema nacional que ha visto a pacientes y sus familias en una lucha constante por el acceso a medicamentos esenciales, especialmente aquellos destinados a combatir el cáncer.

Este incidente debe servir como un llamado urgente a la acción para el Gobierno federal y las entidades estatales, instándolos a revisar y reformar los procesos de compra y distribución de medicamentos. Es imperativo que se implementen medidas para garantizar que esta tragedia no se repita, protegiendo así el derecho fundamental a la salud de todos los mexicanos.

Más allá de las medidas inmediatas, es crucial una reflexión profunda sobre el estado del sistema de salud en México. La ideologización de la salud, como señalan los críticos, no puede seguir costando vidas. La salud pública debe estar por encima de intereses partidistas o burocráticos, y es responsabilidad del Estado asegurar que así sea.

Mientras Jalisco y el resto de México enfrentan esta amarga realidad, la sociedad civil continúa su lucha incansable por la justicia y el acceso equitativo a la salud. La tragedia de los medicamentos oncológicos caducados no es solo un llamado a la acción para el gobierno y las instituciones implicadas, sino también un recordatorio de la resiliencia de aquellos que, aun en las circunstancias más desesperadas, se niegan a ser silenciados. La esperanza persiste en la demanda de un sistema de salud que verdaderamente sirva y proteja a todos sus ciudadanos.

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