Gobierno y SEP callan ante redes de explotación sexual de niños en escuelas preescolares

abuso sexual maestros preescolar

A pesar de los terribles abusos sexuales que han sufrido niños de solo 3 a 7 años dentro de sus escuelas, a manos de maestros y directores, la existencia de una red de explotación sexual en las escuelas no parece ser una prioridad para el gobierno ni para la SEP.

No hay respuesta de la autoridad

El gobierno aún no ha dado a conocer su postura sobre el informe “Es un Secreto. La explotación sexual infantil en escuelas”, recientemente publicado por la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) A.C., donde se denuncia la existencia de redes de abuso sexual y pornografía infantil orquestadas y organizadas por maestros y personal docente, y que operan en al menos 18 planteles de preescolar de siete entidades, los cuales, según la directora de ODI, Margarita Griesbach, podrían ser muchos más.

A pesar de la narración de las terribles situaciones de abuso y explotación sexual infantil que la ODI dio a conocer y la evidente indefensión en la que viven los pequeños de solo 3 a 7 años de edad en las instalaciones de sus escuelas, que deberían ser espacios seguros para ellos, las autoridades no han dado respuesta a los casos. Denisse Dresser, en entrevista con Gabriela Warkentin, denunció que en muchos casos no saben ni siquiera cómo interrogarlos y los revictimizan, para luego cerrar los expedientes sin que haya justicia.

La autoridad está ausente y los casos se presentan ante las fiscalías locales, la Fiscalía General y son ignorados, se fragmenta la investigación o no hay capacidad institucional para lidiar con este tema dramático”.

Escenarios de terror y violencia sexual extrema

Margarita Griesbach habló también con Gabriela Warkentin y explicó que los niños narran cómo fueron abusados en grupos, en situaciones que involucran máscaras, disfraces, que los saquen de su escuela y los lleven a otras casas donde hay otros niños y adultos que no conocen, e incluso bebés. Además, son sedados, pues afirman que se les dan cosas de comer que les dan sueño.

A lo largo de los años, ha sido complicado recabar los testimonios debido a que se les interroga como adultos, por lo que se obtienen testimonios fragmentados, pues no se toma en consideración que se trata de pequeños de tres o cuatro años. En entrevista con El Universal, una de las madres señaló que “ha peregrinado por todas las instituciones de justicia y atención a las víctimas”, y denunció que ella y su niño han tenido que narrar “cientos de veces los abusos al que fue sometido con otros compañeros, de cómo los grababan con fines de pornografía infantil”.

Griesbach señala que la ODI descubrió que los autores son grupos organizados y que los patrones resultan prácticamente idénticos a casos registrados en Israel. Afirma que es violencia organizada. Sin embargo, la respuesta de la Fiscalía es que están “formalmente impedidos” para ver más allá de las declaraciones individuales, ante lo que señala que es un sinsentido que no investiguen más allá de los hechos que los niños narran de manera particular. Informó que los han sacado de la jugada y cierran las carpetas sin ir más allá en las investigaciones. “La ciudadanía no puede sustituir al Estado”, asegura.

Un cuadro verdaderamente de horror se empieza a develar en donde lo que vemos son escuelas enteras capturadas por grupos delincuenciales para la comisión de delitos que entendemos que pueden ser de explotación sexual en línea. La escuela entera se convierte en un escenario de la violencia. Los niños narran que son abusados sexualmente en la dirección, en los salones, en el patio de la escuela. Vemos que los patrones de violencia son sumamente inusuales con niños tan pequeños que refieren casos de violencia muy extrema, física y elementos ritualísticos y violencia psicológica que buscan colocar a los niños en condiciones equiparables a la tortura”.

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Con información de El Universal y El Financiero

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