Simulacros de balaceras: la otra cara de la prevención en México

simulacros de balaceras

La realización de simulacros de balaceras para niños ha desatado mucha polémica en México: mientras algunos aprueban que los niños sepan protegerse en estos casos de emergencia, otras posturas argumentan que el país necesita que las autoridades garanticen la seguridad de la población.

Datos que dan contexto

  • Durante el primer Simulacro Nacional 2023, llevado a cabo este miércoles 19 de abril, la temática elegida por maestros y personal del Cbtis 188 de Cajeme, Sonora, fue un simulacro de balacera. Según explicó la directora del plantel, Dora Imelda Quevedo Beltrán, tomaron esta decisión para que los estudiantes sepan cómo actuar ante las balaceras, pues “no dimensionan el riesgo”, pese a que ya ha habido detonaciones de arma de fuego a una cuadra y a media cuadra del plantel. En el simulacro participaron alrededor de 800 alumnos y acudieron a las instalaciones elementos de protección civil y de la policía municipal.
  • El CETIS 130, de Valle Hermoso, Tamaulipas, realizó también un simulacro de emergencia por balaceras: a las 11:00 horas, tanto los alumnos como los maestros se tiraron en el piso de los salones, se cubrieron la cabeza y esperaron hasta que pasó la “situación de riesgo”.
  • Luis Arturo Cornejo Alatorre, secretario de Educación de Morelos, informó que a partir de abril, los alumnos de toda la entidad recibirán un nuevo protocolo para saber qué hacer en caso de una balacera, principalmente en zonas consideradas “focos rojos” y en los municipios donde el crimen organizado se disputa el territorio. El funcionario señaló que estos protocolos fueron enviados por la Secretaría de Educación Pública (SEP). 
  • En octubre de 2022, el profesor Eduardo Alcántar, maestro de primaria de Sonora, realizó un simulacro para que sus alumnos aprendieran a reaccionar en caso de un enfrentamiento armado. En un video que se hizo viral, se puede observar cómo les pide a los niños que se agachen y no levanten la cabeza, y estos se tiran pecho tierra para protegerse detrás de muros y jardineras en el patio de la escuela. Cerca de esta primaria, en Guaymas Norte, se han registrado enfrentamientos armados y homicidios a manos de miembros del crimen organizado.
  • En septiembre de 2011, ciudades de Chihuahua, Guerrero y Tamaulipas comenzaron a brindar capacitación en las escuelas sobre cómo actuar en medio de una balacera. Para agosto de 2022, se habían sumado a estas acciones escuelas de Baja California, Baja California Sur, Zacatecas, Puebla y Morelos, como parte de los protocolos del programa Escuela Segura.

¿Cuáles son las posturas a favor y en contra de estos simulacros en las escuelas?

  • Gabriel Regino, abogado y especialista en temas de seguridad, señala que “los ejercicios de prevención ante estos riesgos son necesarios, sin duda. Estamos en crisis humanitaria, los niños que mandamos a la escuela ahora deben estar preparados ante un evento de esta naturaleza”.
  • Rogelio Flores, doctor en psicología y académico de la UNAM, explica que debe existir un protocolo de seguridad ante tiroteos, pero advierte que algunos simulacros que se han realizado en el país, “más que proteger, lo que se genera es miedo y en casos extremos se puede traumatizar a los niños”.
  • El año pasado, tras darse a conocer el simulacro del maestro Alcántar, las autoridades educativas de Sonora reprobaron estas acciones e incluso emitieron medidas de apercibimiento contra el profesor. En contraparte, “para los profesores de la escuela primaria Mario Silva Cortés, los simulacros tienen sentido. Apenas el 20 de octubre, las clases fueron suspendidas cuando un enfrentamiento armado en las cercanías provocó un muerto y dos heridos. Al día siguiente, solo se presentaron dos alumnos en el plantel, ante el clima de miedo entre la comunidad”, expuso el diario El País.
  • Ante la decisión del Cbtis 188 de aprovechar el Simulacro Nacional para enseñar a los jóvenes protocolos de actuación ante balaceras, el alcalde de Cajeme, Sonora, el morenista Javier Lamarque, se mostró en desacuerdo, pues asegura que esto “exacerba el ánimo y el ambiente de violencia, en lugar de ayudar perjudica“, además de afirmar que “no es una manera de contribuir a este evento de contingencia que se programó a nivel nacional“.
  • La Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI) de Tamaulipas respaldó la hipótesis elegida por el CETIS 130, al señalar que “con este ejercicio se fortalece la cultura de prevención, en donde todas y todos toman conciencia y siguen con responsabilidad los protocolos en caso de una emergencia real”.
  • Esta polémica lleva ya muchos años en el país, pues, en septiembre del año 2010, el gobierno de Chihuahua pidió a las autoridades de Ciudad Juárez cancelar los simulacros contra balaceras, que formaban parte de un programa para la seguridad escolar, pues, según la entonces vocera de la Secretaría de Educación y Cultura estatal, Eva Trujillo, “al interior del plantel no es recomendable formar a los niños en esta situación de simulacros”, ya que podría generar efectos contraproducentes como la psicosis.

¿Qué opinas sobre los simulacros de balaceras en el país?

Para muchas personas, la existencia de un protocolo para simulacro de balacera para los niños habla del fracaso de la estrategia de seguridad en el país, pues se ha llegado al extremo de tener que enseñar a los más pequeños a reaccionar ante balaceras, mientras las autoridades incumplen su responsabilidad de garantizar su desarrollo en un entorno seguro. Ante la violencia, la organización y la unión de los ciudadanos para rescatar a las infancias se vuelve cada día más importante y cabe aquí tomar como ejemplo el caso de los docentes Victoria Acosta y Eduardo Matuc, quienes trabajan en escuelas de Rosario, Argentina, donde los alumnos también viven muy de cerca la violencia, las balaceras y la muerte.

Frente a ello, Acosta y Matuc llaman a desnaturalizar la violencia y a construir una visión diferente en nuestros niños, para lo cual es necesario el trabajo colectivo con las comunidades para que la violencia no siga ganando espacios públicos, al mismo tiempo que se exige la respuesta integral del Estado para garantizar la paz, en algo que llaman “educar para la esperanza”:

“Se trata de aferrarse a esas pequeñas cosas que nos enamoraron de la docencia, de nuestro trabajo en la educación: la inocencia de los pibes, el cariño que te dan; el gracias que te pueda decir una familia; el que no escribe nunca y ese día te escribió y la alegría con la que te vas a tu casa. Yo creo que esas pequeñas cosas son el combustible que nos sigue llenando el motor.

Son los pequeños fueguitos que decía Galeano, que después permiten conversar con los chicos, profundizar las cosas que vamos viendo, poder plantear que lo que pasa no es común y desnaturalizar la violencia. Hay un trabajo muy arduo por hacer y que necesita del apoyo de todas las instituciones”, explica Victoria.

Y tú, ¿cuál crees que sea la mejor opción para proteger a la niñez frente a este tipo de emergencias?

Lee también: Deserción escolar, uno de los graves problemas del país en 2023

Con información de El Financiero, Redacción Rosario, El Universal, Milenio, Expansión 1 y 2, Swissinfo, El País, Infobae y Verne

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