Es un pésimo momento para tomarle el pelo a la población y decirle que este año se van a crear dos millones de nuevos empleos, como hizo en una detallada falsedad el gobierno de la República anteayer lunes.
Qué digo dos millones: 2 millones 93 mil 364 según la Presidencia.
Esa cantidad de ‘nuevos empleos’ incluye 800 mil créditos para vivienda del Infonavit. De veras.
También se enlistan en esos empleos, 170 mil créditos de vivienda del FOVISSSTE.
Ponen como ‘empleos adicionales’, 230 mil 872 becas de Jóvenes Construyendo el Futuro.
Más 202 mil 216 personas que se beneficiarán con el programa Sembrando Vida.
Y así otros rubros que nada tienen que ver con el empleo, lo que llevó al exdirector de Coneval, Gonzalo Hernández Licona, a preguntar “¿a quién le quieren tomar el pelo?”.
Un empleo es el que cotiza en el IMSS, que paga impuestos, aporta para su retiro. Lo que hay en la lista del gobierno son becas, créditos, transferencias de recursos que son bienvenidas, pero no engañen con que se trata de creación de empleos.
La lista que dio conocer el gobierno este lunes tiene un aire familiar a la relación de gastos de guerra que le remitió Gonzalo Fernández de Córdoba a Fernando el Católico, inmortalizada luego por Lope de Vega en su comedia Las Cuentas del Gran Capitán.
Para encontrar la verdad basta ir a las fuentes: las estadísticas del IMSS.
Al 30 de noviembre de 2018, en el IMSS había registrados 20 millones 457 mil 926 trabajadores. Así recibió el empleo formal la actual administración.
Y al 31 de marzo de este año, el IMSS tenía afiliados a 20 millones 482 mil 943 trabajadores.
Es decir, desde que inició el actual gobierno hasta el último día de marzo, en el país sólo se generaron 25 mil diecisiete nuevos empleos formales.
Una calamidad. Y una vergüenza.
En abril de este año cayó el empleo a causa de la crisis ocasionada por el coronavirus, pero hasta el día en que el país suspendió actividades, el gobierno de AMLO sólo registró la creación de 25 mil empleos.
Veinticinco mil empleos formales en un año y cuatro meses, sin crisis.
La pregunta es, dónde fueron ese millón 200 mil jóvenes que cada año tocan la puerta del mercado de trabajo.
Seguramente algunos se acogieron a los programas temporales de beneficencia del gobierno, ¿y los demás?
La crisis nos toma con un déficit sin precedentes de empleos.
Y veníamos de generar alrededor de 700 mil puestos de trabajo formales al año.
¿Qué nos pasó?
Pasó que el año anterior la economía se cayó a -0.3 según las cifras definitivas que dio a conocer ayer el Inegi.
Y que el primer trimestre de este año, la caída fue de -2.2 por ciento del PIB. Este desplome ya no es comparando cifras con la administración pasada, sino con las de este mismo gobierno. Un desastre.
Como lo explicó ayer la exsubsecretaria de Hacienda, Vanessa Rubio, la entrada del gobierno de AMLO interrumpió un ciclo de 37 trimestres consecutivos de crecimiento económico.
Y conectó el quinto trimestre con caídas seguidas del PIB.
Peor, imposible.
En esas manos estamos para enfrentar la megacrisis económica en que ha entrado la economía mundial, que en México golpeará con mayor fuerza.
La falta de una conducción profesional del gobierno transformará una crisis económica en crisis social, de seguridad pública, y la polarización alentada desde Palacio no traerá nada positivo.
Mientras los empleadores sean castigados o abandonados a la quiebra, no puede haber recuperación del empleo.
Y sin reactivación del empleo formal no habrá mayores ingresos para el gobierno, que se obtienen mayormente a través del ISR.
Si no mejora el empleo, que en un 94 por ciento lo crea el sector privado de la economía, no crecerá el consumo ni la recaudación por IVA, que es la otra gran fuente de ingresos para el fisco.
El siguiente año faltará dinero para todo, incluidos los programas sociales, y ya ni siquiera podrán hacernos las cuentas del Gran Capitán.