La llamada del feminicida

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Autor: Héctor de Mauleón

El pasado 30 de octubre fueron hallados en una casa de la colonia Villa Santín, en Toluca, Estado de México, los cuerpos de tres jóvenes reportadas como desaparecidas. El autor de los feminicidios, Óscar García Guzmán, estuvo prófugo durante un mes. En ese lapso reveló en sus redes sociales la identidad de las víctimas, se jactó de los asesinatos que había cometido, entre ellos, el de su propio padre, y solo mostró preocupación por el destino de sus mascotas.

“Seguiré asesinando mujeres si no me regresan mis mascotas”, escribió García Guzmán en Facebook. Su afición por las redes sociales y su interés por conocer el destino de sus mascotas facilitaron su detención. Fue aprehendido mientras comía una torta. Durante la audiencia inicial se mostró frío, y esbozó a veces una sonrisa cuando se daba lectura al expediente sobre el asesinato de Jessica, una de sus víctimas. En un mensaje dirigido a la activista Frida Guerrera, García Guzmán declaró que era fácil matar mujeres, “porque siempre se dejan enredar”, y confesó que sus mascotas le resultaban mucho más valiosas que la vida de cualquier humano.

En una grabación telefónica a la que tuvo acceso el columnista, el feminicida de Santín admitió haber asesinado a su propio padre, pidió que le llevaran gel a la prisión porque “en las audiencias me veo de la porquería”, y confesó que no siente arrepentimiento por lo que hizo: en ese diálogo, hay un autorretrato del feminicida. Lo que sigue es una versión editada de aquella conversación:

—¿Cómo estas hijo?

—Pues… yo no importo. Oye, ¿mis mascotas?

—Ahí están. Nomás que mañana voy a ir primero contigo, porque creo que tienes audiencia, ¿no?

—No, yo ya… Mira, mis tres opciones son estas. Escúchalas, pero no sientas gacho. Hay de tres sopas: o me matan, o me suicido muero aquí de viejo, y es lo único que hay para mí.

—Ay, hijo.

Es lo que hay. Fue lo que le dije al detective cuando me entregué. Yo nomás quería que mis mascotas estuviesen bien. Si mis mascotas están chidas, de mí que sea lo que sea… Como ya no te he visto, no sé si te enseñaron la grabación. O sea, todo lo que dije, pues sí es neta, para qué te miento, para qué te echo choro. Sí, yo maté a papá… yo maté…
 

—Ay, hijo

—…a la hermana de tu novio, o sea, sí me la estoy pasando gacho, pero es lo que es. Soy un asesino, tampoco es para que me la esté pasando chido. O sea, si te llegas a enterar que ya me pasó, tú tranquila, tú ni me entierres, ya que sea de mí lo que sea, ¿va?

—No, hijo…

—No, tú chida… Y aparte, yo no quería, ya ves que me contaste que los fueron a levantar para buscarme y todo, ya no quería que tuvieran broncas por  mí, y menos tú, ¿no? Entonces, era eso. Nomás quería saber si ya estás bien, si ya no los acosan.

—No, ya no, tengo el apoyo de la procu, tengo el apoyo de la fiscalía, ahorita ya nada más platiqué con la de los perros y ya nada más voy a ir a verlos…

—¿Quién es la de los perros?

—Pues ahorita voy a ir a buscarla.

—¿Mis perros quién los tiene?

—Ahorita me dijeron que tienen al Bronda hasta allá, no me acuerdo en qué colegio, donde cuidan perros.

—¿Te marcó la abogada que me tocó?

—No, mañana voy a ir a conocerla… para presentarme y para ver qué vamos a platicar, para ver cómo van a tramitar las visitas…

—Uy, no, no quiero que me veas así, no manches.

—Pero no estás golpeado, ¿nada?

—¿Golpeado? ¡No! Y si me golpean no te preocupes, no pasa nada. Si te llegan a decir que se suicidó en la celda, no pasa nada. Si te llegan a decir que lo descuartizaron, no pasa nada.

—No me digas eso…

—Mira es lo que puede pasar aquí y lo acepto.

—¿Estás en una celda, estás con todos o estás solo?

—Ahorita por el proceso, estoy solo. Pero es tarde que temprano que me van a mandar donde están todos, y ahí sí voy a saber lo que es bueno. Pero no importa. Tú no te preocupes, tú sigue con tu vida. Tampoco te voy a decir que me arrepiento. No. Nadie me va a quitar lo que hice, ni a golpes.

—Échale ganas.

—No, tú relax, jefa. (Risas) Ya aliviánate… Oye, tenía una, duda, ¿no me podrías traer cosas de higiene personal?

—Sí, como qué te llevo, a ver dime.

—Papel de baño, jabón, champú, cepillo de dientes, ¡gel! que en las audiencias me veo de la porquería, cremas, ese tipo de cosas.

—Ropa. ¿Qué te llevo de ropa?

Pants azul, chamarra azul que no tenga cuerda, y no sé si me puedas comprar unos tenis que no tengan agujetas… unos calzones, un par de todo, es lo que necesito, mi existencia no necesita más. Pero en serio no quiero que vengas a verme seguido… mira, me la van a dejar caer bonito, ahorita nada más me están sentenciando por lo de Jessica, pero ya me están investigando las cinco anteriores, entonces (se ríe), no, eh, no, de aquí ya no salgo, en ataúd nada más…

—Tú tranquilo, tú tranquilo.

—No, yo estoy relax. Ya te dije que yo acepto lo que sea. Pues bueno, fue mi única llamada que tenía, ya la quemé, que bueno que estás bien. Ya me tengo que ir. Te cuidas…

Te quiero mucho, yo también te quiero mucho, mucho.

—Chale, me haces sentir mal, todavía me dices que me quieres…(solloza).

Yo siempre te he querido, hijo, y te voy a querer siempre y lo he dicho, a mí me importa lo que haya pasado, yo siempre te voy a querer, eres mi hijo y te voy a querer siempre, siempre, escúchalo.

—Pues te dejo, ¿va?

—De todos modos, primeramente Dios, mañana te caigo, ¿va?

@hdemauleon
demauleon@hotmail.com

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