El candidato izquierdista Pedro Castillo terminó primero con el 100% de las actas procesadas tras el ajustado balotaje presidencial del domingo en Perú y obtuvo 50,2%, seguido de la derechista Keiko Fujimori con 49,8%.
Ella previamente pidió anular unos 200 mil votos, prolongando la incertidumbre electoral. Es la primera vez en la historia electoral de Perú que en una segunda vuelta presidencial un candidato presenta tal cantidad de pedidos de anulación, de acuerdo con las autoridades.
El presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Jorge Salas, calculó que al menos se necesitarán 12 días para intentar dar respuesta al pedido de la candidata Fujimori. “Creo que sería razonable pensar que se debe tomar algún tiempo mínimo como para poder decidir lo pertinente sin necesidad de atropellarse o que hagan abuso del tiempo demorando”, dijo a la radio local RPP.
La tensión aumentó en el país sudamericano durante estas elecciones presidenciales que siguen a un convulsionado quinquenio en el que Perú ha sido gobernado por cuatro presidentes. Las calles del centro histórico de Lima recibieron sendas manifestaciones de los simpatizantes de Fujimori y Castillo. Ambos grupos afirman que harán respetar sus votos hasta el final.
Pese a que oficialmente Castillo no ha sido declarado ganador, recibió el jueves las felicitaciones de los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Bolivia, Luis Arce, ambos de tendencia izquierdista. El profesor rural peruano agradeció al argentino y le dijo por Twitter “juntos trabajaremos por una América Latina más justa, democrática y libre”.
En medio de esta incertidumbre, un fiscal que investiga a Fujimori por lavado pidió el jueves a un juez que la candidata sea encarcelada otra vez porque incumplió las estrictas normas de conducta que permitieron su liberación hace año y medio. El fiscal José Domingo Pérez argumentó que Fujimori tenía prohibido hablar con testigos de su caso, uno de ellos Miguel Torres, quien el miércoles se presentó ante la prensa junto a Fujimori para anunciar la anulación de miles de votos.
La fiscalía acusa a Fujimori de presunto lavado de activos por recibir millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht y empresarios peruanos para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016, en las cuales fue derrotada. Pérez pide 30 años de cárcel para Fujimori, 22 años de prisión para su esposo, el estadounidense nacionalizado peruano Mark Villanella, y otras solicitudes que incluyen a 38 implicados más cuyos pedidos de cárcel suman en total más de 800 años.
Si Fujimori gana, evitará la prisión y su caso judicial se congelará durante su posible gestión. Si acumula su tercera derrota, irá a juicio, al igual que su esposo. Tampoco podrá cumplir con su promesa de campaña de liberar a su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien cumple 25 años de prisión por delitos de corrupción y asesinato durante su gestión 1990-2000.
Quien triunfe en los comicios peruanos recibirá el poder del presidente interino Francisco Sagasti y gobernará por cinco años desde el 28 de julio.