México cuenta con una gran diversidad religiosa, desde el tradicionalismo católico hasta movimientos populares que fusionan antiguas creencias prehispánicas con símbolos cristianos, como es el caso de la Santa Muerte. Esta pluralidad de creencias ha llevado a la necesidad de promover la tolerancia y el respeto hacia las distintas formas de expresión religiosa en el país.
Uno de los fenómenos que reflejan esta diversidad es el culto a la Santa Muerte, una devoción que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, especialmente entre los estratos económicos menos favorecidos. A pesar de las condenas oficiales por parte de diversas denominaciones cristianas, este movimiento religioso ha continuado su expansión.
Santa Muerte y sus orígenes prehíspanicos
Los fieles de la Santa Muerte argumentan que su culto tiene sus raíces en la adoración a Mictlantecuhtli, una figura de la mitología prehispánica asociada al inframundo. Esta creencia cobra especial relevancia en términos de identidad para aquellos seguidores que provienen en su mayoría de barrios populares, ya que les brinda la posibilidad de resignificar su arraigo social e histórico en una sociedad muchas veces excluyente.
Aunque algunos creyentes rastrean el origen de la imagen de la Santa Muerte hasta Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, investigadores mayoritariamente sostienen que la esencia de esta devoción nace en el contexto del cristianismo medieval europeo. A pesar de ello, el sincretismo cultural persiste y se manifiesta en la construcción de altares que honran tanto a Mictlantecuhtli como a la Santa Muerte.
El altar que mezcla dos culturas
Un ejemplo de esta confluencia se encuentra en Chimalhuacán, Estado de México, una zona periférica de la capital mexicana. En el barrio Alfareros, los seguidores han erigido un altar que une la veneración a Mictlantecuhtli con la figura de la Santa Muerte. Aunque los historiadores discuten la idea de unificar la personificación de la muerte de origen griego con los vestigios de la mitología mexica, este fenómeno ocurre de manera espontánea y sin necesidad de teorizaciones.
Elizabeth Reyes, fundadora del culto en el barrio Alfareros, compartió que la imagen recibe culto en una misa especial que se celebra cada primer día del mes a las 20:00 horas.
Este culto a la Santa Muerte y su sincretismo cultural reflejan la riqueza y la complejidad de la religiosidad en México, donde diferentes tradiciones y creencias se entrelazan, aportando a la identidad religiosa única del país.
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Con información de México Desconocido.
