¿Qué hacer si eres víctima de los “montachoques”? Guía basada en un caso real

Era viernes por la mañana en la colonia Arenal de Guadalupe, en la alcaldía Tlalpan, y, Omar, el protagonista de nuestra historia, manejaba rumbo a su casa cerca del Reclusorio Femenil Sur. De pronto le tocó un alto y algo llamó su atención: el auto de enfrente, un Stratus rojo muy viejo no llegó hasta el semáforo, se detuvo varios metros atrás; sin embargo, él se mantuvo detrás aguardando el siga.

Una distracción que cambió el rumbo de aquel día

Mientras esperaba se distrajo en el estéreo y revisando su teléfono, y cuando vio el verde avanzó confiado en el movimiento natural del auto de enfrente, pero lo que sucedió es que a unos pocos metros el Stratus frenó de súbito, se amarró, y esto provocó que le diera un llegue, un beso, y así, como en la vida, con un beso comenzó todo.

De inmediato una mujer que iba de copiloto se bajó a ver los daños en el auto. Omar también descendió de su vehículo y se acercó a la mujer cuya actitud desde el principio fue agresiva, buscaba intimidarlo, le dijo que la conductora era una mujer embarazada y que el golpe había sido tan duro que la había lesionado, por tanto necesitaban llamar a una patrulla.

La obra de teatro comenzaba y los actores salían a escena

Omar llamó a su seguro, se metió de nuevo a su coche y esperó. No habían pasado 5 minutos cuando arribaron dos desconocidos a increparlo. A través de la ventanilla le decían que tenía que hacerse responsable o que si no habría problemas. Un nuevo actor apareció, era un policía que se acercó a conocer la situación. Al mismo tiempo llegó el ajustador de GNP, la aseguradora de Omar, y justo en ese momento los dos hombres que nadie había invitado a la fiesta tomaron una actitud más agresiva.

Ahora se dirigían al ajustador y le decían que la señora estaba embarazada y se sentía muy mal, que podría incluso perder al bebé. La tensión subía y los ánimos se calentaban. El ajustador les dijo que el seguro les podía dar un pase médico para ir a un hospital que tuviera convenio con la aseguradora, pero los “agraviados” no accedieron. Ellos pedían forzosamente una ambulancia para revisar a la mujer en el lugar.

Los “montachoques” buscaban un arreglo económico inmediato

En vista del rumbo que tomaba la historia, el ajustador le recomendó a Omar ya no salir de su auto, y él se encargó de la negociación. Finalmente pidieron la ambulancia y los paramédicos revisaron a la señora, hicieron chequeo de signos vitales y no había síntomas que pudieran corroborar una urgencia médica; el ajustador les reiteró la oferta de remitirla con un pase médico a un hospital privado, pero eso no era parte del plan, lo que quería el grupo de montachoques era que Omar pagara en el momento una cantidad estimada.

Por su parte, el policía que había estado como testigo silencioso y cuando hablaba sólo lo hacía para invitar a Omar y al ajustador a que se arreglaran ahí, les dijo a todos los involucrados que podían enviar a la señora al hospital a valorarla, pero mientras tanto, él se debía llevar a Omar como detenido al MP.

A las galeras

Por fin accedieron los “agraviados” y la mujer embarazada fue al hospital López Mateos para valoración y Omar fue detenido al MP. Para este momento ya habían pasado muchas horas desde el percance y pasarían muchas más, puesto que la valoración lleva mucho tiempo. El inconveniente es que este periodo lo debe pasar el detenido en las galeras porque es un presunto culpable. Durante este tiempo, llegó al MP una abogada por parte del seguro para asesorar a Omar.

En este caso, el modus operandi de los montachoques no fue el acostumbrado, ya que para este momento muchas personas con tal de seguir con su día y ante el temor de la intimidación inicial arreglan la situación de manera informal con dinero, pero Omar lo llevó por la vía correcta, aunque eso le costó perder más de medio día. Los “montachoques” suelen buscar autos que no tengan seguro para que la presión sea mayor y la opción de arreglarse de inmediato sea la más viable, sin embargo, en esta ocasión no les resultó porque el involucrado sí tenía seguro.

Un juego de resistencia

La mujer embarazada tardó horas en el hospital y, finalmente, llegó al MP. Insistía en que se sentía muy mal y tras la valoración en el López Mateos, donde no encontraron nada fuera de lo común, ahora pedía que la revisara el médico legista. Esto se volvió un juego de resistencia, a ver quién aguantaba más. El médico la revisó y confirmó que sus lesiones no eran nada graves, que sólo había sido el susto. El MP se declaró incompetente para este caso y ahora debían pasar al juzgado de paz para que la señora otorgara el perdón a Omar.

Resulta que la señora sí le otorgó el perdón, pero no firmó la liberación con el juez de paz, entonces lo que sucedió fue que los carros de ambos se quedaron en el MP a la espera de un perito que determinara que no hubo dolo, que no iba a exceso de velocidad o bajo los influjos del alcohol o psicotrópicos y así declarar que había sido imprudencia y no existía delito que perseguir.

Consejos y acciones para las víctimas de los montachoques

Con base en este caso de la vida real, podemos ofrecer una guía de puntos fundamentales a considerar si eres víctima de los “montachoques”.

  1. Mantente alerta de comportamientos extraños como el hecho que un auto se detenga varios metros atrás del semáforo en rojo.
  2. Más allá de que tengamos mucha experiencia manejando, recuerda que distraerse en el estéreo o con el celular, aunque estés detenido, puede generar accidentes.
  3. Si caíste en la trampa y estás inmerso en la situación, procura que el ajustador del seguro sea quien se encargue de los arreglos. (Recuerda que es requisito para circular estar asegurado cuando menos con un seguro de responsabilidad civil).
  4. No desciendas de tu vehículo.
  5. Nunca negocies directamente con ellos.
  6. No permitas que ningún extraño suba a tu vehículo por ninguna razón.
  7. Si la situación se complica y debes ir al MP, comenta que tú también estás lastimado y requieres un pase médico para valoración, de esta manera no irás a las galeras o separos mientras revisan a las otras personas, tú estarás también con el médico.
  8. Recuerda que no sólo basta con que se otorgue el perdón en el juzgado de paz sino que deben firmar la liberación con el juez para que te puedas llevar tu auto y no se quede en el MP, puesto que ese resguardo te costará dinero.

Te compartimos un testimonio propio de un montachoques

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