mundo laboral mujeres
La recuperación económica tras la pandemia del COVID-19 presenta desafíos significativos para las condiciones laborales para mujeres, evidenciados por una desaceleración en la creación de empleo y un aumento en la participación en la informalidad, según datos del tercer trimestre del año.
De acuerdo con especialistas, las mujeres encuentran mayores obstáculos para ingresar al mercado laboral en comparación con los hombres, debido a la persistencia de responsabilidades domésticas, como el cuidado de hijos, enfermos y adultos mayores. Tania Arita, directora de reclutamiento de Talent Solutions de ManpowerGroup, señaló que las mujeres aún no encuentran condiciones adecuadas para reincorporarse al empleo.
Aunque se observa un aumento en la presencia femenina en el mercado laboral, su participación en la población económicamente activa sigue siendo menor, lo que se traduce en ingresos más bajos. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que se generaron 364 mil empleos ocupados por mujeres en los primeros tres trimestres de 2023, una disminución del 25% en comparación con el mismo período del año anterior.
En contraste, se crearon 435 mil puestos ocupados por hombres en el mismo lapso, destacando una brecha de género en la recuperación del empleo.
“La principal razón son los cuidados”, afirma Arita, explicando que las mujeres buscan flexibilidad y, en muchos casos, optan por la informalidad sacrificando beneficios laborales y calidad de empleo.
El desempleo femenino también presenta cifras preocupantes, con 745 mil mujeres desocupadas hasta el tercer trimestre de 2023, alcanzando una tasa de desempleo del 2.8%, similar a la de los hombres. Sin embargo, destaca que 3.5 millones de mujeres en disposición de trabajar no buscan empleo por la percepción de falta de oportunidades, más del doble que los hombres en esa situación.
La informalidad laboral afecta significativamente a las mujeres, con 56% de las 24 millones de trabajadoras ocupadas., un aumento de 731 mil en comparación con el año anterior. Tania Arita subraya la importancia de cerrar la brecha entre el empleo formal y la informalidad para evitar condiciones laborales precarias y sus consecuencias en los índices de desigualdad y pobreza.
En cuanto a las percepciones laborales, se observa una disparidad salarial, ya que el 38% de las trabajadoras subordinadas ganan hasta un salario mínimo, mientras que solo el 26% de la población ocupada masculina se encuentra en esa categoría. El ingreso laboral real promedio de las mujeres es un 1.3 veces menor que el de los hombres, destacando la persistencia de la brecha de género en el ámbito salarial.
La informalidad en las mujeres se traduce en condiciones laborales precarias, con un 41% sin acceso a instituciones de salud, un 40% laborando sin contrato por escrito y un 31% sin prestaciones como vacaciones pagadas, aguinaldo o pensión.
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Con información de El Universal.
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