Los resultados de las elecciones de este domingo reflejan el “nuevo imperio de la polarización política” en México. Un escenario que se intensificará en los próximos comicios del 2024, en donde se disputará la presidencia nacional. Así lo previó Isidro Cisneros politólogo mexicano.
En su columna de opinión, el experto señaló que esta división política pretende una separación entre “nosotros” y “ellos”. Situación que modificará la realidad compartida de los ciudadanos afectando los valores democráticos.
“La contraposición electoral que se observó en las elecciones de Coahuila y el Estado de México es solo una muestra de la profunda fractura existente”, expresó Cisneros.
“Los resultados del proceso electoral que se celebró el domingo, muestran el nuevo imperio de la polarización política que se intensificará para alcanzar las elecciones presidenciales del 2024. La oposición debe asumir los nuevos escenarios”, continuó,
El enemigo y la polarización política
El politólogo explicó que la representación del “enemigo” se encuentra en permanente interacción con los temas de la guerra y la política. En este caso, su configuración se vincula con el contexto histórico por el que cruza el país.
“El enemigo, el rival o el contrario son alteridades inventadas en función de una contraposición entre diferentes identidades”, señaló.
“El análisis del discurso sobre el enemigo se mueve a nivel de percepciones, representaciones y construcciones simbólicas. La configuración del enemigo se encuentra, evidentemente, vinculada a los diferentes contextos históricos y eventos trascendentales que se relacionan con las dinámicas internas de cada país”, continuó.
Isidro Cisneros detalló que la figura del enemigo construye una alteridad ficticia, capaz de transferir todo el odio y el resentimiento sobre un enemigo real o imaginario. Por ello, éste representa el antagonismo entre la fe ciega y la herejía, “proyectando una ‘demonización’ del adversario”.
“En México la dialéctica amigo-enemigo actualmente ha permeado todas las dimensiones de la política. La insistente y profunda polarización ha dividido al universo político nacional en posiciones que ya son irreconciliables”, sentenció Cisneros.
Cisneros recordó que Nicolás Maquiavelo afirmaba que la contraposición entre los enemigos reales y los enemigos imaginarios permitía revelar la naturaleza absoluta del poder, orientada a construir nuevas hegemonías políticas, sociales o culturales.
El enemigo oficial
De esta manera, el politólogo dijo que el enemigo político es percibido como un rival interno y legítimo y la confrontación con él denota el desencuentro de partes con valores incompatibles.
“Se configura así la figura del “enemigo oficial” sobre el cual se desata una “guerra santa” alimentada por monoteísmos ideológicos contrapuestos. Se desarrolla así, un nuevo lenguaje cargado de odio, miedos, ultrajes y de rechazo permanente en relación con los enemigos. Es la radicalización de los lenguajes maniqueos. La denigración del vencido, en cuanto enemigo y amenaza omnipresente, es representativa siempre del discurso del vencedor”, mencionó.
Por ello, aseveró que el siglo XXI se está convirtiendo en el siglo de las ideologías del enemigo, y que el conflicto y el antagonismo será el distintivo de la nueva política.
“(Por ello) el ‘nosotros’ y el ‘ellos’ se transforma en un nuevo enfrentamiento entre los “pocos” y los “muchos”. El conflicto y el antagonismo serán el elemento distintivo de los tiempos que vendrán”, aseguró.
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Con información de La Crónica.
