Arturo Zaldívar fue ayer al penal femenil de Santa Martha Acatitla y recibió quejas y peticiones de las mujeres privadas de su libertad. “Todas eran historias conmovedoras, muy tristes”, dijo el ministro presidente al salir.
Pide replantear prisión preventiva
El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, fue ayer al penal femenil de Santa Martha Acatitla y salió con más de 600 papeles con las peticiones y quejas escritas a mano que le entregaron las internas en el centro penitenciario. En la que fue su primera visita a un penal, el ministro recibió señalamientos sobre las trabas jurídicas, delitos fabricados, violaciones al debido proceso y problemas con agentes del Ministerio Público, juzgados y policías. A la salida, Zaldívar señaló que es necesario replantear la figura de la prisión preventiva oficiosa y justificada, a fin de que se convierta en una medida extraordinaria, con lo que se evitaría la saturación en las cárceles.
“Comprobé los vicios del sistema penal mexicano que he venido señalando desde hace mucho tiempo. La necesidad de revisar la prisión preventiva oficiosa; de establecer criterios más claros para la prisión preventiva justificada; tenemos que desterrar que haya tantos procesos tan largos y que las personas tengan que estar 10, 15 años presas sin haber sido sentenciadas”, señaló el ministro presidente.
Escucha los casos de internas
Arturo Zaldívar se reunió con 220 mujeres en “un gran dormitorio con un techo alto”, según explicó a los medios. Dijo que las internas hablaron con él con confianza, sinceridad y sentimiento. Le contaron la tragedia que representa para ellas la escasa convivencia con sus hijos y le pidieron apoyarlas para revisar sus expedientes. En este sentido, el ministro señaló que se brindará ayuda a las mujeres privadas de su libertad con el apoyo dede la Defensoría Pública Federal.
“Me impactaron. Todas eran historias conmovedoras, muy tristes. Había una chica que ya está sentenciada. Llegó a la cárcel a los 19 años y creo que ya tiene como 20 aquí. Llorando pedía una segunda oportunidad porque su proceso no se llevó bien. Dijo: ‘estuve en un lugar donde no debía estar’. Es la queja recurrente de muchas, estar en el lugar equivocado o con la persona equivocada”, narró.
El ministro acudió acompañado por su esposa, Mariana Bojórquez; la coordinadora de asesores de la presidencia de la Corte, Fabiana Estrada; Carlos Alpízar, secretario general de la presidencia de la Judicatura Federal, y Carlos Castaños, jefe de oficina de la presidencia de la Corte. Entre las mujeres con las que platicó se encontraba Rosario Robles, quien también le entregó documentos que cuestionan los procesos de la prisión preventiva oficiosa.
“El caso de Rosario Robles está en manos de los jueces, son los que tendrán que resolver. Expresamente dijo que no se trataba de ella y enumeró temas genéricos: la presunción de inocencia, la prisión preventiva justificada, no juzgar con perspectiva de género, las mujeres que son sentenciadas simplemente por su pareja, los procesos largos, el tema de los niños y me entregó un documento muy amplio, como lo hicieron muchas internas y que voy a revisar más tarde”.
Con información de Reforma
