En el reciente Tercer Debate Chilango, celebrado este domingo 12 de mayo, los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México exhibieron una intensa confrontación que, según el análisis del político y analista Demetrio Sodi, refleja una competencia electoral mucho más cerrada que la presidencial. Los contendientes, Salomón Chertorivski de Movimiento Ciudadano, Clara Brugada de Morena y Santiago Taboada de la alianza “Va por la CDMX”, mostraron divergencias profundas, marcando con ello una polarización que podría fragmentar la capital en dos grandes bloques ideológicos, como ya sucedió en las elecciones intermedias del 2021.
Debate Chilango expone la fragmentación política de la CDMX
Demetrio Sodi destacó durante su participación en el programa Voces en Red de Ciudadanos en Red, que esta contienda podría repetir el escenario visto en otros procesos electorales donde el oriente y el poniente de la Ciudad de México se alinean con distintas fuerzas políticas. “Veo más pareja la elección de la Ciudad de México que la elección presidencial”, afirmó Sodi, apuntando a una dinámica de votación que contrasta con la brecha anticipada a nivel nacional. Esta situación subraya la singularidad política de la CDMX y pone de manifiesto la importancia de las estrategias locales en las elecciones de 2024.
Confrontaciones y Propuestas
La falta de un verdadero debate de ideas fue patente, según Demetrio Sodi, quien destacó que más allá de debatir propuestas concretas, los candidatos se enfrascaron en acusaciones cruzadas de corrupción. La confrontación real fue marcada por las acusaciones de “carteles inmobiliarios” entre Morena y el PAN, sin un enfoque claro en soluciones específicas para los problemas de la ciudad.
Aunque hubo más propuestas que en debates anteriores, estas no fueron el centro del encuentro. Demetrio Sodi señaló una tendencia hacia la descalificación mutua, con Salomón Chertorivski emergiendo como el más preparado pero con menos posibilidades de ganar, destacándose por su conocimiento y experiencia en la administración de la ciudad.
La actuación de los candidatos fue, en opinión de Sodi, superior a la del debate anterior. Clara Brugada fue vista como más seria y preparada para el rol de Jefa de Gobierno, aunque su defensa a las acciones del partido en el poder fue cuestionada. Santiago Taboada, por otro lado, negó rotundamente los avances logrados, lo que también fue criticado por falta de reconocimiento a los logros reales.
Dificultades en la Colaboración Futura
El tono del debate podría entorpecer futuras negociaciones entre los candidatos, advirtió Demetrio Sodi. La campaña se ha caracterizado por un ambiente de descalificación e insultos que podría complicar la colaboración entre los distintos sectores políticos después de las elecciones.
Según Sodi, quien también ha sido candidato en el pasado, reconocer los logros y desafíos de manera equilibrada es crucial para ganar la confianza del electorado. El reconocimiento de los resultados positivos, así como de las áreas de mejora, podría haber contribuido a un debate más constructivo y menos polarizado.
Gane quien gane, enfrentará el desafío de negociar con los demás partidos y sectores de la sociedad para gobernar efectivamente, lo cual será complicado si prevalecen las tensiones y las ofensas lanzadas durante la campaña.
Un Resultado Electoral Incierto
Demetrio Sodi expresó que la elección de la Jefatura de Gobierno de la CDMX parece estar mucho más reñida que la elección presidencial. “Veo más pareja la elección de la Ciudad de México que la elección presidencial”, mencionó, resaltando la división geográfica y política evidente entre el oriente y el poniente de la ciudad.
La participación del PRD, aunque limitada a nivel nacional, podría ser decisiva para la alianza en la capital, apuntando a una posible diferencia en los resultados en comparación con el escenario nacional. Clara Brugada y Santiago Taboada, ambos con experiencia en administraciones locales, presentan méritos pero también grandes desafíos debido a las disparidades en calidad de vida entre sus jurisdicciones anteriores.
La división de la ciudad en dos grandes bloques ideológicos podría marcar el futuro político de la capital, sugiriendo un escenario de gobernanza complejo y posiblemente fragmentado tras las elecciones.
