El pasado 23 de abril, Futuro 21 convocó al “Diálogo por la Reconstrucción Nacional”. Fue un evento público y plural en búsqueda de soluciones a las múltiples crisis que confluyen en México en esta coyuntura: pandemia sanitaria, recesión económica, creciente violencia, crisis social y política, las cuales amenazan con hacerse aún más profundas de no recibir respuestas decididas y adecuadas.
Agradecemos a los gobernadores, las y los legisladores, dirigentes partidistas; representantes de organismos empresariales, profesionales, obreros y campesinos; intelectuales y académicos; así como miembros de organizaciones de la sociedad civil que participaron con plena libertad para expresar su postura sobre la situación del país, ofreciendo, desde cada perspectiva, propuestas para avanzar en la reconstrucción nacional.
En momentos en los que México requiere de propuestas conjuntas que permitan enfrentar los retos unidos y con visión de futuro, el pasado diálogo fue una muestra de la capacidad de encontrarnos por un fin superior, de inaugurar el intercambio de ideas entre todos los mexicanos y de terminar con los monólogos desde el poder. En el diálogo amplio está la fortaleza frente a las adversidades.
Fueron muchas y muy ricas las propuestas, y todas encontraron una divisa común: el llamado al gobierno a participar de inmediato en la unidad y diálogo con todos los sectores de la sociedad. Esto con el fin de crear un:
ACUERDO NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN DE LA SALUD, EL EMPLEO Y LA PLANTA PRODUCTIVA
Su objetivo es salvar vidas, empleos e industrias del país. A continuación enlistamos las principales propuestas que surgieron del diálogo:
- Posponer, durante este año, los proyectos del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, con el propósito de obtener recursos para atender los efectos de las crisis.
- Canalizar recursos adicionales y suficientes al sector salud.
- Canalizar recursos extraordinarios y suficientes a los estados para atender la pandemia y la recuperación económica.
- Establecer un ingreso básico universal y de protección al empleo financiado entre gobierno y sector privado.
- Posponer durante 6 meses el pago de impuestos, servicios públicos y costos de seguridad social.
- Aplicar un programa anticíclico de reactivación económica a través de mayor inversión y gasto públicos.
- Convocar a un consejo económico y a una convención fiscal de emergencia para enfrentar la crisis y elaborar un programa de desarrollo económico y social a largo plazo.
- Recuperar la autonomía del Poder Legislativo, asegurando que asuma plenamente su papel constitucional de contrapeso con facultades plenas para aprobar las políticas necesarias para salir de las crisis que México enfrenta.
Las y los participantes hicieron énfasis en el gran reto que enfrenta el país por la magnitud del cierre económico como medida para evitar la propagación de la pandemia sanitaria. Además, la crisis por el precio del petróleo, la devaluación de la moneda, la reducción de remesas y el turismo, junto con la creciente violencia del crimen organizado, han creado un escenario inaudito que requiere de la voluntad de todos los sectores de nuestra sociedad.
Cualquier inversión hecha para reducir el tiempo y la profundidad de la crisis económica tendrá un valor muy superior al costo financiero que representaría para el país a corto plazo. Drásticas medidas anticíclicas son obligadas para evitar caer en una prolongada recesión económica. El reto es descartar la polarización a favor de la unidad, el diálogo, el trato respetuoso y los acuerdos. El decálogo presentado el 25 de abril pasado por el presidente López Obrador, no plantea ningún apoyo real al empleo y a la planta productiva, por lo que no tendrá ningún impacto en reactivar la economía después de la crisis que estamos enfrentando. Por tanto, convocamos al presidente a dialogar con todos los sectores económicos y sociales para encontrar una salida de fondo a las crisis de salud, económica y social que enfrentamos.
