En enero pasado, cientos de migrantes de Centroamérica intentaron entrar a México por la frontera sur. Una caravana llegó hasta el río Suchiate, donde los esperaba la Guardia Nacional.
Tras intentos de diálogo, los elementos de la Guardia impidieron el paso y les lanzaron piedras y gases lacrimógenos a los migrantes. Varias personas fueron detenidas y posteriormente expulsadas del país.
Ahora, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos informó que en el operativo hubo violaciones a los derechos de los migrantes, por lo que deben disculparse y reparar el daño.
La CNDH acreditó que entre el 20 y 23 de enero, los migrantes fueron objeto de agresiones con piedras y toletes, tanto por personal de la Guardia como del Instituto Nacional de Migración.
. “…eran más de 400 elementos y se nos tiraron encima traían toletes cuando nos cayeron encima nos tiraron gas lacrimógeno…(…)…ninguno de nosotros tiró nada para que nos agredieran así…”
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“…personal de la Guardia Nacional nos echaron como agua o líquido y no nos dejaba ver, nos tiramos al piso…(…)…nos trataron muy mal incluso a los niños no pudimos defenderlos…”.
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Cuando sucedieron estos hechos, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que se había tratado de un operativo limpio y defendió la actuación de la Guardia Nacional.
Según la ley de Migración, solo las autoridades del INM pueden realizar acciones de control, verificación y revisión migratoria. Sin embargo, la Guardia Nacional detuvo a gente e intentó verificar su situación migratoria, lo que viola esta ley.