Gabriela Rivera
El último cuatrimestre del 2019 demostró que el trabajo se sigue precarizando: los mexicanos cada vez ganan menos, aunque trabajando tanto o igual que antes.
Un reporte del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) señala que 2.4 millones de personas dejaron de ganar 11,090 pesos, que es el equivalente a tres salarios mínimos.
Éstos se sumaron al sector poblacional que gana 7,300 pesos mensuales, es decir, menos de dos salarios mínimos.
Lo alarmante, dice el reporte, es que este grupo va en aumento: el año pasado se crearon 4.9 millones de empleos con este sueldo, o incluso menor.
Esto significa que si bien hay empleo en los distintos sectores, los ingresos por el empleo remunerado son cada vez menores.
Esto tendrá un impacto negativo en la economía nacional, pues impactará directamente en el consumo de las familias, quienes dejarán de adquirir bienes y servicios por tener menos dinero.
A su vez, esto traerá consecuencias para la economía nacional, pues la circulación de dinero fue lo que impidió que el PIB se desplomara el año pasado ante el nulo crecimiento que hubo.
Si a los empleos mal pagados sumamos que 1.9 millones de mexicanos estaban desempleados al cierre de 2019, se observa que el panorama laboral es desolador para los trabajadores y para la economía en general.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que por lo menos 2 millones de mexicanos estarán sin empleo, y la cifra podría llegar a 2.1 millones para 2021.
