Una cena vergonzante

Un artículo de Armando Fuentes “Catón”.

Fue una fecha penosa para México. Penosa en el sentido de triste, penosa también en su acepción de vergonzosa. La asistencia de los más destacados empresarios del país a la cena organizada por López Obrador dio a ver que el interés personal se está poniendo en esta hora difícil por encima de la dignidad propia y del bien de la nación.

Al paso del tiempo ese evento aparecerá como de los más oprobiosos y reprochables sucesos de esta época, y quienes en él participaron se sentirán mal por haber estado ahí. Con su presencia convalidaron uno de los mayores desatinos del Presidente, y apoyaron con sus dineros la farsa que ha montado AMLO en el caso del ya tristemente célebre avión presidencial.

Entiendo la necesidad de los hombres de empresa de no estar en malos términos con el poderoso en turno, pero hay tiempos —y éste es uno de ellos— en que los empresarios deben pensar en el bien de México, y no comprometerlo con actos de sumisión y colaboracionismo como ése de la vergonzante cena a que acudieron.

La prudencia es necesaria, mas no ha de llegar a la ignominia. El empresariado tiene una gran responsabilidad social, y la tiene también en el ámbito de lo político. Ha de servir de valladar a los excesos de los gobernantes, defender los derechos básicos de la persona humana, mirar por el bien comunitario. Incumplir esa responsabilidad a fin de allegarse el favor del monarca, volverse parte de su corte, cohonestar sus engaños y sus despropósitos, todo eso es atentar contra el futuro de las empresas, e incluso del país.

El sector empresarial carece hoy por hoy de un buen liderazgo. Se advierte en él demasiado entreguismo. López Obrador necesita a los empresarios más de lo que los empresarios lo necesitan a él. No renuncien a esa ventaja. No cedan su libertad, su independencia. No pongan en riesgo a México junto con quien lo está poniendo en riesgo ya.

El texto completo de Catón puede leerse en el siguiente link.

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