La “hora cero” alcanza a Monterrey; CDMX es la siguiente

La ciudad de Monterrey solo tiene agua para 60 días, de hecho, la escasez de agua se presenta en todo el territorio nacional.

Alertas en todo el país

Monterrey solo tiene reservas de agua para 60 días. La presa La Boca, en Nuevo León, se encuentra en su nivel mínimo. La inversión para recuperar el déficit de 31 millones de metros cúbicos de agua para abastecer la zona metropolitana supone un costo muy alto para el gobierno.

El caso de Monterrey está íntimamente vinculado a los nuevos desarrollos inmobiliarios que apuestan a viviendas de gran plusvalía pero que no consideran el impacto al suelo, el medio ambiente y la sobreexplotación de los recursos hídricos.

“No podemos tener un consumo tan elevado de agua que ponga en riesgo el desarrollo y la plusvalía de una ciudad, de toda la población”.

Así lo explicó Antonio Benjamín Ordoñez, profesor investigador del Tec de Monterrey, durante la conferencia “Sequía en México, principal factor de riesgo en 2022”, sin embargo, insistió en que los mantos acuíferos se pueden recuperar.

En el caso de La Boca, explicó, la presa bajó sus niveles a causa de la pérdida de la cubierta vegetal que arropaba la recarga y el flujo del agua sobre el terreno; al no tener vegetación el agua, cuando cae, arrastra todos los sedimentos y se satura de material: barro, arcilla, lodo en las presas y las colapsan.

Señaló que de nada sirve hacer infraestructuras carísimas con un gasto increíble, si no se tiene bien calculado cuánta agua se tiene y cuánto se gasta sin rebasar el 50 por ciento.

“Ahorita el consumo del agua en Nuevo León equivale a un punto porcentual de todas las reservas y como están al 20 por ciento, si sigue el consumo el calendario que se estableció para el agua y el tandeo puede permitir que la población garantice abasto de forma intermitente, sería para 40 días. Estamos en una situación crítica”.

No solo es Monterrey

Llegó la hora cero no solo es para Monterrey, para la Ciudad de México se estima una reserva para dos años. Si bien, el 60% del territorio mexicano se encuentra en un punto de inflexión por la escasez, el desabasto amenaza más a las ciudades.

En la Ciudad de México, aparte del desperdicio de agua por parte de la población, desde noviembre de 2021 no se clora el líquido, lo que representa un riesgo para la población.

“Estamos en un momento crítico. Tamaulipas también tiene agotamiento y estrés hídrico. En el norte de la Península de Yucatán las industrias agrícola y pecuaria arrojan sin tratamiento sus aguas residuales que van contaminadas con metales pesados, hormonas y pesticidas que se van al mar”.

La capital del país, se nutre en algunas partes del Sistema Cutzamala que bombea 15 mil litros por segundo. El problema es que el Cutzamala no tiene tanta agua para ese bombeo, además que limita el agua a otras comunidades, sin compensarles ni restaurar los ecosistemas.

La transformación del territorio en Michoacán y el Estado de México a lo largo y ancho del Cutzamala, presenta deterioro ambiental y deforestación. Por lo tanto, los escenarios que han hecho especialistas con condiciones ideales se están alcanzando en menos tiempo.

“Algunos escenarios predictivos de colegas de mediano plazo se alcanzan ya en estos años. Hay una alarma prendida en todo México, porque al hacer el balance hidrológico, el déficit hídrico en el Estado de México, nos permite identificar el error en el que vivimos”.

De hecho, el año pasado se publicaron las alertas y se hizo la denuncia por el déficit hídrico del Sistema Cutzamala, pero a la fecha no se ha hecho ninguna obra de restauración del sistema que lo nutre.

En Baja California, la Conagua ha reportado sequía severa en 36.9 por ciento del territorio, afectando el abasto principalmente en los municipios de Mexicali y Ensenada. Asimismo, declaró en sequía moderada 33.9 por ciento de la superficie de la entidad, que incluye a los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito.

En estos municipios se ha sugerido aplicar una restricción voluntaria en el uso del agua, ante el alto peligro de incendios y los bajos niveles de ríos, arroyos, embalses, abrevaderos y pozos.

La ciudadanía también tiene responsabilidad

Benjamín Ordoñez vuelve sobre el tema del desarrollo económico y considera que este se ha dado a golpe y porrazo. Situación que no se debe al neoliberalismo, aclara, sino que al llevarse a cabo no se está haciendo una recapitulación histórica de los eventos que colapsaron o llevaron al fracaso, como la plusvalía de las casas más bonitas en Monterrey, sin agua y el estrés hídrico que causa, al igual que en Ciudad de México.

“Aquí hay una corresponsabilidad muy fuerte porque la sociedad civil tenemos que participar para señalar y también para trabajar porque no habrá dinero que alcance para recuperar el entorno. Debemos dejar de lado la especulación aparte del desarrollo inmobiliario, que miles de empresas inviertan en su territorio y no tengan agua ni luz. Es momento de tomar todas las experiencias históricas en el desarrollo y analizar cómo crecemos pero agotando todos los recursos”.

Con información de El Sol de México, La Jornada.

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