A AMLO le urge tomar medidas para evitar una crisis de legitimidad y confianza ciudadana hacia el Ejército.
El fracaso de la reforma impulsada por el PRI, pero con el aval de AMLO, para permitir la participación de militares en acciones de seguridad pública hasta 2028 ha tenido dos consecuencias importantes, escribe Carlos Javier González para El Financiero.
Por un lado, la ruptura del bloque opositor representa una ventaja para el presidente en tiempo de procesos electorales relevantes: en 2023 elecciones en Estado de México y Coahuila, mientras que en 2024 está la sucesión presidencial. La división generada se profundizó al grado que PAN y PRD no confiarán nuevamente en el PRI mientras Alejandro Moreno siga al frente del partido.
Por otro lado, ha obligado a Andrés Manuel López Obrador a valerse de herramientas como la consulta inconstitucional que promueve para que la ciudadanía decida sobre el papel del Ejército en la vida pública. Para Carlos Javier se trata de un esfuerzo de AMLO para evitar que el pueblo pierda confianza en las Fuerzas Armadas.
González enfatiza que las revelaciones hechas por la periodista Peniley Ramírez sobre las evidencias que implican al Ejército en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa caló profundamente en la opinión pública, levantando sospechas entre madres y padres de familia de los estudiantes, así como sociedad civil y analistas.
“La estrategia del gobierno será desactivar los riesgos de manchas en la imagen del Ejército, que tardó muchos años en quitarse después de los acontecimientos de Tlatelolco en 1968. López Obrador es un hombre muy astuto y sabe que no puede evitar que se pierda la confianza en las Fuerzas Armadas si lo hace a costa de los 43 normalistas. No es correcto, no es ético, no es humano y, sobre todo…no es conveniente desde el punto de vista político”.
En este sentido, afirma González, AMLO busca que el pésimo manejo de Alejandro Encinas no pase de lo anecdótico.
La consulta en última instancia servirá para aumentar la simpatía del pueblo con resultados a modo que eviten que el gobierno se distancie del Ejército.
“¿Y la justicia para los normalistas? Esa puede guardarse en un cajón hasta que sean necesarios para un nuevo lance político, al fin que resulta muy redituable para la ridícula izquierda que quiere militarizar el país. Increíble”.
Con información de El Financiero.
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